La idea del vehículo, su origen, es americano. Originalmente llamado Willys Overland Station Wagon llegó a sudamérica pero con dos rostros diferentes, aquí en Argentina de la mano de IKA nos trajo un versión menos estilizada por decirlo de alguna manera. No obstante se supo ganar su merecido crédito y un lugar en el corazón de mis compatriotas, tanto es así que cuando salío éste modelo fueron muchas las ilusiones al verla de perfil y tantas desiluciones al verla de frente. Efectivamente la nuestra era diferente, pueden verla AQUI, incluso puedo apostar que si hubiera sido igual a la nuestra se hubiera vendido como pan caliente.
No obstante éstas Estancieras llegaron a la Argentina de forma indirecta inevitablemente por ser países tan próximos, cruzaban la frontera y algunas se quedaban por éstos pagos. Incluso resulta curioso pensar que con semejante proximidad un mismo vehículo tenga tantas diferencias, muy probablemente en los 60s las distancias no eran las mismas y las fronteras tampoco.
Como resultante tenemos hoy un modelo que no replica estrictamente un vehículo querido (en el sentido literal de la palabra) por nosotros, pero si un utilitario que conocemos muy bien. Es que tanta similitud entre ambos hacía pensar a éste como una evolución del que fabricaba IKA, una sofisticación, un paso adelante.
Con su estilizado frente y guardabarros envolventes, el paragolpes delantero incorporado de una manera más armonica a la carrocería conjuntamente con ese mascarón delantero... Hacía pasar calor a nuestra Estanciera aunque como se puede ver en la foto el capot no miente, el corazón es el mismo y todo lo demás es chapa y aire... pero chapa y aire que le hacían lucir muy bien.
Ya de la línea del parabrisas para atrás son hermanas, no hay cambios notorios o dignos de mención. Quizá sea tiempo de ver la miniatura que por fuera es cumplidora pero un tanto desabrida, un modelo bastante monótono con pocos detalles grabados (muy pocos) y menos cromados de los esperados para un vehículo de ésta época.
El interior resulta interesante en su morfología mostrando una bonita matriz del tablero y un posición del volante muy propia para el tipo de vehículo, aunque quizá espere la mano del dueño para que le dé al menos "unos toques" para dar vida al fenómeno.
O quizás no, por que el fuerte de la Estanciera, sea nuestra o extranjera fué su volúmen interior, generoso como pocos y versátil como ninguno en su tiempo, muchos pasajeros o mucha carga... da igual.
La retaguardia con portón dividido no guarda sorpresas, es quizá uno de esos casos en que la miniatura no tiene grandes dotes pero toma su valor del vehículo representado por su rareza.
Sorprende sí que hayan puesto "algo" abajo del modelo, tampoco es del segmento premium para pedirle tanto, pero como venían mezcladas las cartas uno esperaba un plásticos negro y gracias.
Como botón de cierre, voy a dejar un diálogo que escuché desde que mi frente daba contra los picaportes de las puertas, la misma en pocas palabras resume lo que fué la Estanciera Brasilera para nosotros:
- Recién llego de viaje, estrenando nuevo móvil...
- Que te compraste?
- Una Estanciera...
- Te Felicito!
- Pero Brasileña!
- Ahhh pero que hijo de mil p_t@s! YA LA QUIERO VER!
Magníficent Estanciera Brasileña!