FIAT UNO SCR (1992) Autos Inolvidables Argentinos

 

El Fiat Uno se presentó en el mercado local a fines de los 80s, 1989 para ser exacto. Aquella primera versión tenía el frontal con el diseño del Fiat Regatta y por razones lógicas era idéntico al frontal del Fiat Duna... 

 

Aquel primer pincelazo fué muy famoso, ya que pasó a la posteridad como el frontal más horrendo de la industria local.

Aquella grilla plástica delantera de mil barrotes y luces cuadradas como televisores le quedaban razonablemente bien al Regatta ya que era un auto mas grande y sobre todo más ancho.

Pero en el caso de los Fiat Uno y Duna el resultado final no comulgaba en lo más mínimo con el buen gusto.

 

Así para 1992 llega el restyling que le salvaría la vida, un nuevo frontal con ópticas más delgadas, una nueva grilla color carrocería y una fina línea que le separaba el paragolpe.

 

Fue un éxito, nunca un auto dramáticamente feo se convirtió en un objeto de deseo con un restilyng, menos con uno menor como en este caso.

 

El secreto del éxito fué que el restyling apuntó exactamente al punto crítico y además la solución fué brillante: No parece una actualización. 

 

Es más, aquellos primeros Uno parecen una versión temprana y descuidada de la segunda generación. Un borrador de lo que debía ser un Fiat Uno.

 

En la práctica muchos propietarios de aquellos Fiat Uno de faro ancho le cambiaron el frente (no era algo difícil) quedando a la larga muy pocas unidades en circulación con el poco feliz frontal original.

 

Tal es el fracaso del primer diseño y el éxito del segundo que muchos consideran la segunda versión como si fuera la primera. Más cuando pasan años y a ésta generación le siguieron otras tantas.

 

El pico, lo máximo, la época dorada del Fiat Uno fué con la generación del 92. Era un diseño atractivo, innovador, de los primeros autos de configuración cinco puertas. Pequeño, potente, de consumo moderado y a la vez tremendamente práctico con sus puertas que le permitían ser coche de familia a pesar de su acotado tamaño.

 

 Particularmente la versión SCR (Super Confort Restilyng) fué uno de los autos más deseados en su momento: Levantavidrios eléctricos, aire acondicionado, motor Tipo 1.6 a toda prueba, tapizados de primera, llantas de aleación con cubiertas de pisada ancha... Y moderno por donde se lo mire.

Quizá no fué el más vendido dentro de la gama del Fiat Uno, pero muchos compraban versiones más básicas mirándose en éste espejo. 

Luego se hacían falsas promesas de mejoras, sobre todo para cambiar las llantas de chapa con tazas plásticas que se convirtieron una una verdadera peste por ésos años.

Quién compraba un Uno SCR se tenía que contentar con lavarlo. Poco y nada para mejorar salvo mejorar el sistema de sonido.

Años más tarde le seguirían nuevas generaciones, indistinguibles si se quiere, con sutiles cambio de grilla delantera, ópticas y un confort cada vez más abreviado. 

 

Ya pasado el 2000 ofrecerían un capot tanto más aerodinámico y motor Fire.

 

Luego un rediseño profundo ofrecería un auto que sólo rescató el nombre para seguir llamándose Uno.

El modelo luce muy bien, por momentos hace pasar calor a modelos de mayor costo y si se pone a pulir detalles ni le cuento.

 

De los Fiat Uno mejor reproducidos que ví hasta el momento y no vamos a dar vueltas para empezar a enumerar bondades:

La primera y obvia es el color elegido, para la versión SCR era la más habitual y le quedaba muy bien al auto original, hay variantes como tonos de gris pero no eran las más comunes.

La matriz escupe una carrocería de zamak bastante digna, por momentos extremadamente nítida y por otro lado un tanto redondeada... O mucha pintura... No pienso despintarlo para responderle.

Las baguetas laterales plásticas están decentemente pintadas en negro mate y los picaportes son de lo mejor que se puede conseguir sin recurrir a insertos.

El zócalo en color negro mate se agradece mucho y la tapa de combustible esta dentro de lo que se esperaba.

Detalle de las ruedas: Las llantas de aleación se reconocen sin esfuerzo. Zoom mediante se puede apreciar ligeramente redondeadas las hendiduras, modelo en mano son perfectas.

Las cubiertas podrían ser mejores, el "serruchito" del contorno deja gusto a genérico pero son aceptables respecto al ancho de pisada y talón.

Escudo de armas, en la tampografía raquítica del lateral puede leerse "motor Tipo 1.6" 

Escudo de economía, arriba está el piloto lateral pintado.

No será el mejor inserto, pero así como lo ven, ahí va la mejor antena de techo que hemos tenido para un Fiat Uno... (Y se va la antena cabalgando hacia el horizonte....)

No es grácil, su forma es incierta, su colocación es deficiente... Pero inexplicablemente queda bien!

A los lados estan detallados con líneas negras las bandas de goma del techo que oficiaban de goteros.

Falta un poco de negro para darle más presencia al burlete de goma del parabrisas.  

Los espejos son aceptables, si reproducían el fuelle de goma entre el armazón del espejo y la carrocería era para arrancarse los pelos.

Detalle en la carrocería: Al medio de la rendija del capot está la boquilla del limpiaparabrisas... Golazo, al ángulo la clavaron. 

Reclamo del chino: "Con un sólo limpiaparabrisas no se puede poner uno bien y uno chueco".

 

 Hacia el frente las ópticas principales son modestas pero cumplidoras, tienen su dificultad ya que también deben representar las luces de giro y lo logran.

Son de los primeros autos de la industria local en tener luces de giro transparentes que se veían naranjas cuando se accionaban.

 

Mensaje del chino: No importa lo del limpiaparabrisas... Ya encontré los faros antiniebla.

 

Las cinco barras eran fundamentales para darle un rostro reconocible, la tampografía de Fiat a un lado pasa como detalle de calidad.

 

Hacia atrás el modelo mantiene la vara alta: 

Tiene las proporciones adecuadas.

El burlete de goma en la luneta está muy bien logrado.

La matrícula trasera tiene muy buena presencia y no tiene un espesor exagerado.

Tiene tampografiado el cristal trasero con el adhesivo que trae de fábrica. Poco usual, novedoso, ideal para darle el plus necesario a los modelos de los 90s a la fecha (Que no tienen mucho más que detallar que las insignias). 

Si el modelo venía bien, con ése detalle ya asegura un buen puesto.

 

 

Las ópticas traseras a tres tonos con el detalle de las líneas transversales.

El picaporte del portón trasero tiene detallado en el manijón plástico y el tambor de cerradura.

Las tampografías traseras son cumplidoras, hay modelos de la serie inolvidables que traen mejores, necesitan más contorno negro.

El limpiaparabrisas no es de lo mejor pero cumple su cometido.

La ausencia de desempañadores se siente.

El conjunto de silenciador y caño de escape está convenientemente reproducido, pintarlo en color aluminio seguramente dará muy buen resultado. El extremo del caño es hueco.

 

Pasando al interior tiene butacas de buena forma y la palanca de cambios es muy reconocible en su diseño.

Los tapizados originales tenían patrones bastante difíciles para replicar con pincel, suerte a los mejoradores de modelos.

 

El volante es propio de Fiatpero con el aro grueso.

Sorpresiva presencia del cenicero de deslizamiento lateral (Monedero para la gente sana que toma Té).

Abajo la consola central y detrás del volante la plancha de instrumentos con los comandos característicos a cada lado.

Todo un tesoro a descubrir detrás de los cristales que no dan lo mejor de sí. Sin duda es un excelente modelo para modificarlos y dejarlos como si estuvieran bajos.

 

Y cómo comparar el modelo? Sus pares vienen de la colección editada en Brasil y de la colección editada para el mercado italiano. Se enfocaron en la versión de dos puertas y faros grandes.

Quizá la versión Turbo I.E. de 1994 que salió en la colección Carros Inesquecíveis do Brasil pueda compararse...

No, no puede... 

Magníficent Fiat Uno SCR!