HONDA CIVIC LX (1993) AUTOS INOLVIDABLES ARGENTINOS

 

A principios de los 90s volvían los autos japoneses a la Argentina. Previamente habían tenido su momento a principios de los 80s a lo que siguió una década de ausencias de nuevos productos de dichas marcas.

La ausencia prolongada no hizo más que subrayar la calidad de las unidades ingresadas una década atrás. Coches que eran abanzados en 1980, seguían avanzados en 1985 y para 1990 aún seguían vigentes. 

Cualquier sedán de mediano porte de origen nipón en 1980 ofrecia levantavidrios eléctricos en las cuatro puertas, excelentes terminaciones caja de 5ta y aire acondicionado.

 

Pero no sólo eran avanzados, eran durables y a toda prueba, siempre de repuestos escasos llamaba la atención cómo seguían funcionando con un mantenimiento básico o "superficial".

 

Con semejante antecedente, cuando en los 90s recibimos la nueva camada de japoneses se vendían solos. Cualquier marca resultaba sinónimo de calidad aunque con el correr de los años vimos que no eran tan inmortales como aquella noble camada de los 80s.

 

Así llegó este Civic, en su quinta generación, anteriormente había entrado la segunda y más allá del nombre resultaba difícil trazar un parentezco entre ambos vehículos.

El Civic en su segunda generación era un auto pequeño y ahora llegaba como un sedán de tamaño respetable, incluso más grande que el viejo Accord de cuatro faros redondos que es de un segmento superior. 

Claro, el Accord contemporáneo al Civic de las fotos sí mantenía la proporción y era más en todo sentido.

Una versión de tantas, el modelo es un LX, pero también había una versión EX, venían cuatro puertas o coupé...  Y una versión hatchback muy interesante, tentadora.

En mano el modelo se torna un tanto genérico, la escala va en detrimento de sus rasgos, en breve cruce de palabras con un seguidor de la marca le comenté que me costaba "encontrar" el Civic en su parte frontal.

"Es así, es simple" me respondió apuntando a la eficiencia en ese diseño limpio, aerodinámico y sin intenciones de poseer rasgos distintivos "fuertes".

Como contraparte todos los diseños a partir de los 90s apuntan en ése sentido aportando cada marca su granito de arena a la monotonía.

Ahora TODO el vehículo era el que daba la imagen, sus volúmenes, sus vistas (delantera, lateral y posterior) estaban en un mismo nivel de iconicidad, por eso el frente pierde en rasgos propios y el lateral suma lo suyo... O le hacemos sumar nosotros, para saber de una bendita vez que auto tenemos al frente.

El negro le sienta muy bien, aunque absorbe los detalles del paragolpes. Un color más claro hubiera puesto de manera manifiesta las bondades del modelo. 

A sabiendas de los colores que ingresaron, el color plata lo descarto por que siempre da problemas con los "granos" de metal siempre fuera de escala. Si me pregunta, le contestaría blanco.

Para los detalles hay que dar batalla con los brillos y reflejos ya que las sombras no corren en éste caso.

Lo malo es que las partículas de polvo son inevitables.

Lo bueno es que el detalle del paragolpes delantero ya no es un misterio. Prima facie uno diría que tiene un encastre perfecto pero en realidad es matriz de punta a punta. 

Hacer que los paragolpes sean plásticos (solidarios a la base del modelo) para luego pintarlos color carrocería es una complicación innecesaria, no va a quitarle puntos el ANCAP, no se preocupe.

Respecto a las ópticas están en proporción y escala, aunque les falta algo de carácter, algo más de "seguridad" en la línea inferior que debe ser recta.

 

 

Respecto a la matrícula, el vehículo real disponía de una base negra que sobresalía como ilustra el modelo. 

Nunca pensé escribirlo pero nobleza obliga, la chocotorta, esta vez, es correcta... Aunque le sacaría unas galletitas, esta algo gruesa.

La insignia es para exigentes, la tampografía salió escalada y sin vicios.

Los limpiaparabrisas son de otro barrio. 

Se recomienda no compararlos con modelos anteriores, son mejores, mejor no sepa cuanto.

Mientras leo en redes comentarios ácidos respecto a qué tan autóctono es un Honda Civic, la contracara es que nos acercan modelos de otras colecciones con estándares de calidad más altos.

Por eso tenemos interiores en gris, sin rebabas y los cristales no deforman tanto la vista del habitáculo.

Además de ofrecer un detallado profuso respecto a lo que se puede apreciar por la luneta trasera.

 

 

 El lateral ofrece una vista digna del auto salvo en la parte delantera. La línea de cintura tenía que aguantar hasta el eje delantero y luego bajar. 

Los picaportes embutidos, carga de combustibles y las molduras hacen que todo se resuelva en la matriz, el color negro evita un detallado posterior de detalles ya que también son negros.

Lo que se evita hacer es algo menos que puede salir mal, por eso se vé sin fallas, lo que podría considerarse bueno.

Al retrovisor por otra parte le cuesta verse a tono, la simplificación positiva del modelo le da una terminación que no puede acompañar.

La parte trasera resulta más interesante que la delantera, tiene básicamente los mismos elementos, incluso el paragolpe trasero tiene menos detalle, pero los insertos más elaborados y las formas del baúl dan una vista enriquecida del modelo.

Las tampografías salieron tal como fueron pensadas. Escaladas, legibles, sin errores.

El detalle de la matrícula es curioso, es un inserto, no por bondad. La matriz tiene los orificios para sujetar el mismo y no permite economizar tampografiando directamente sobre la carrocería.

Las ópticas traseras a tres tonos son de calidad razonable (razonable = mejorable). Las espigas de sujeción son innecesariamente abundantes dejando dos círculos oscuros. Una sola y al medio (donde cruza la línea) era suficiente.

 

Modelo en mano son mucho menos visibles. Recuerde que hay mucho zoom de por medio.

Del otro barrio también llegó el escape, se color plata y perforado en su extremo.

Las ruedas estan bien, tienen un detallado suficiente, nítido en el emblema al centro y las tuercas. No son las que tenemos en la memoria (con orificios más pequeños y abundantes en el perímetro) lo que no significa que sean incorrectas.

 

Resumiendo

 

Es un modelo mejorable, sí como la mayoría, pero no pasaría de desarmar y lijar apenas la parte inferior de las ópticas delanteras.

Hay errores insalvables? Quizá la caída del capot, pero se debería tener muy grabada en la memoria el auto real, sumando que no es un auto de líneas rectas... Si pasa, pasa. 

Y generalmente pasa.

 

 

Señor escribano, representantes de la IRAM, señores del círculo de fabricantes de modelos a escala, asociaciones sin fines de lucro y garcas que organizan juntadas onerosas de coleccionistas...

Si están de acuerdo procedemos a cerrar la nota para el público general.

Magníficent Honda Civic LX!