Si preguntan por mi colección, debo decir incompleta, felizmente incompleta, si un día se completa no podría coleccionar más.
Conjugando modelos de factoría reciente y no tan nuevos, hasta llegar a antiguos con más de 50 años, vamos a repasar los autos que circularon por nuestras calles entre los años 1950 hasta entrados los 80´s, un legado humilde para quien me siga, o simplemente ir dejando huella...

domingo, 10 de noviembre de 2019

IAMA Joseso (1959) Autos Inolvidables Argentinos

 
El Joseso era un microcoche pintoresco, con sabor a único, aunque la idea del microcoche para su nacimiento ya estaba muy desarrollada.
En efecto, para cuando el Joseso se presenta ya muchos microcoches de renombre llevaban años rodando, la novedad no era el coche en definitiva, sino que se trataba de un nacimiento de una terminal automotriz local... Una novedad... junto a una docena de novedades que repetían la aventura de poner una fábrica de automóviles.

Eran años entusiastas, un mercado que era tierra fértil para nuevas unidades, pero muchos pagaban por su inocencia pensando que cualquier auto se vendería.

Joseso que no se llamaba Joseso

Jose María Rodríguez, ideario y en definitiva a quien le debe su existencia éste vehículo, se dió a conocer con un modesto microcoche en la segunda mitad de los cincuenta, un microcoche pura sangre, es decir, un microcoche bien "micro".
Poco motor, poco peso, sin embargo también tenía pocas prestaciones, un auto pensado parejo, todo poquito.
Velocidad máxima de 55 km/h, un motor Villiers de ocho caballos, el típico experimento de garage.
 
Con eso fué suficiente para ser tenido en cuenta por inversionistas y políticos de turno que prometieron apoyo económico y respaldo que en definitiva nunca llegó.



El Joseso que sí se llamó Joseso

Efectivamente el tiempo entre el anuncio de inversión y la "no inversión" no fué inmediato.

Existió un tiempo de sueños y proyectos y la presentación del vehículo en sociedad en el Automovil Club Argentino en 1959.

Así aparece el IAMA Joseso (IAMA: Industria Argentina de Micro Automóviles)

Con un chasis de metal y carrocería de material plástico, inspirado en un Fiat 600 Múltipla pero de menores dimensiones nació el Joseso. Bautizado así por Jose María Rodríguez en honor a sí mismo ya que así le decían de niño.

Por lo general se estila poner el sobrenombre de un tercero a las creaciones propias, como a un hijo, sobrino, cónyuge, amante, chongo, tía, abuela, perro o gato...
En éste caso, según parece, ante tanto rigor histórico, Rodríguez se puso a sí mismo. Se ignora si fué por egocentrismo o por que sabía que no habría una segunda oportunidad de inmortalizarse.

Desde Modellbaus decimos: ESTA BIEN! Nos cansamos de ver medios de transportes bautizados en honor a esposas e hijos, los cuales miran con vergüenza los engendros que salen del garage con sus nombres...

Ingratos!

Acaso piensan que ese sobrenombre berreta que tienen es sólo digno de un súper deportivo?

Ahora no sólo pienso en el Joseso que sí se llamo Joseso. Ahora pienso en el Joseso que inteligente y justicieramente se llamo Joseso!



El modelo cumple bastante bien de acuerdo a las fotos que pude ver del auto real.
No es que uno ande por la calle pateando Josesos por ahí, tampoco veinte años atrás, se hicieron 200 unidades a fines de los 50s, ver un Joseso es algo muy raro sino imposible.

Seguramente en algún lugar se dió el debate sobre que tan inolvidable es un Joseso y su representatividad, pero lo que aquí importa es que es un modelo curioso e interesante, modelo que aporta al circo de fenómenos en la vitrina.

No es un modelo simple aunque pareciera, ya que replica un auto que era bastante elemental. Es un modelo que marca sus checks en todos los puntos que venimos detallando en cada nota:

Paragolpes a la usanza de la época.

Parrilla falsa que no sombreamos para que marque su carácter de falsa.

Opticas redondas de buena calidad, una puesta derecha y la otra inclinada para que se sepa que es un Salvat pura sangre.

Matrícula simpática, gordita como una chocotorta pero muy bien tampografiada, muy legible.

Un sólo limpiaparabrisas.


El lateral del Joseso (real) es su punto débil. El frontal y la parte posterior al no tener ningún tipo de abertura salieron a pedir de boca, plástico moldeado, cristales fijos y ópticas dispuestos según consideraciones estéticas del fabricante.

Pero el lateral es complicado, sobre todo la puerta, por un lado debía adpotar la forma que exigía la carrocería y por otro lado la ventanilla era corrediza y como tal debía tener al menos dos líneas rectas y paralelas para su accionamiento.

Las líneas rectas no se llevan bien con éste diseño y si se suma que no lograron darle una ubicación paralela a la cintura del auto... El tablero de diseño realmente explotó.

Así en el auto real, así en la miniatura, la ventanilla luce como un remiendo y fué inmortalizada así como testimonio de que hacer un auto es tarea difícil.


Del lado contrario se torna un poco más complejo, cerca de la óptica trasera puede verse la carga de combustible, pero luego se ve una tapa rectangular que también parece una carga de combustible aunque generosa: Es el capot.

Por esa tapa se accede al motor Villiers ubicado en la parte trasera del lado opuesto al conductor.

También se accede al motor removiendo las plazas traseras, pero por algún motivo se diseñó éste acceso exterior, quizá con las dimensiones mínimas del auto resultaba más cómodo trabajar en el mismo desde afuera que desde el habitáculo.


La parte trasera como ya se anticipó tiene todo en su justa medida, tampoco resultó un reto para el modelo a escala.

A notar las ópticas traseras en dos tonos. Ignoro si por ésos años ya se usaban así, si se considera otros vehículos de los principios de los 60s y más nuevos que éste Joseso, las ópticas eran completamente rojas.
Véase un Gordini o un 403 en comparativa... Las ópticas a dos tonos son a mi entender una "licencia" injustificada.

Dos pequeñas grillas suponen salida de aire tanto del motor como de la cabina, ya que con ventanillas tan diminutas supone una ventilación pobre del habitáculo.


La insignia trasera es muy pequeña pero muy elogiable, legible y muy bien dispuesta. Vale compararla con en el espesor del cristal trasero para darse cuenta de su dimensión.


Sin embargo la delantera es aún más pequeña. Allí se la puede ver en relación con los demás elementos y si algunas se confunden con una mancha de pintura de lo pequeñas que son, ésta simplemente no se vé...  El macro de la cámara al máximo siempre descubre buenas intenciones.


Las ruedas de tres elementos resultaron óptimas: Taza cromada, llanta de chapa color carrocería y neumático de cara blanca.
Las bandas blancas de los neumáticos seguro tienen origen como aditamento del propietario de la unidad que sirvió para hacer la miniatura.

Un modelo pequeño del tamaño de un Isetta, sin embargo con lugar para resultar curioso, llamativo y exótico. También se dá lugar para lucirse con tampografías y atreverse a luces traseras a dos tonos...

Es indiscutible que las reproducciones de microcoches no son abundantes. Salir de las eternas reproducciones de los BMW Isetta en primer lugar (Son como el VW Beetle de los microcars) y del Messerschmitt en segundo orden es muy difícil.

Visto así, la llegada del Joseso puede verse como un bendición dentro de éste mundo de microcoches.


Magníficent Joseso!

7 comentarios :

  1. Antes que nada, bienvenidas nuevamente sus notas. Charlando con un amigo, que también tiene el vicio del coleccionismo, surgió el tema de la inolvidabilidad del Joseso, para él, prescindible, cuasi figurativo, nunca visto en la calle, solo en fotos y nada mas, parea mi, creo que es bueno recordar a los que, al menos, tuvieron la intención de poner su granito de arena en un proyecto nuevo, valga como eso, igualmente, estas colecciones tienen la ventaja que uno compra o consigue los que puede/quiere (no es como los de armar que hay que conseguir (preferentemente) todos sí o sí. En cuanto al modelo, cuando ví las fotos del mismo tuve que ver fotos del real para verificar cosas que parecían chuecas, y, vaya casualidad, copiaba fielmente las del "oriyinal", personalmente lo hubiera hecho en rojo, para notar mas insignias y otros detalles, pero este color es muy válido, aunque, al igual que en la fuego gta, el dodge polara y alguno que otro mas, la pigmentación de la pintura se marca demasiado en los bordes, pero ya es meterme en molesto (si fuera un minichamps, todavía, pero, es lo que hay). Nuevamente agradecido de su prosa. Saludos. Luis

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ví las fotos del Joseso rojo, mas terrenal y sin neumáticos de cara blanca, para las tampografías conviene el rojo, para la vitrina el amarillo, ya que el De Carlo 600 es rojo y otro microcoche del mismo color pone monótona la exhibición.

      Eliminar
  2. Magnificent chiquitín!
    Para mi el Joseso fue un fetiche que traté de hacer de madera pero fue un intento fracasado antes de empezar.
    Luego vinieron los Inolvidables, la apuesta a Salvat y finalmente la espera.
    Hoy reposa en mi colección, donde nadie le reprocha su exigua representatividad comercial.
    En cuanto al modelo en sí, me molesta la pintura de Ixo, aunque aún no logro adivinar si es sobrante, exigua, demasiado espesa, muy líquida o poco cubridora.
    Algún día voy a decidir y me van a tener que escuchar.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Eso! Antes de reclamar se debe tener en claro que se va a reclamar...

      O hacer un reclamo por día, primero por pintura sobrante... Otro día por que es espesa...

      Y así hasta que bloqueen su línea telefónica.

      Eliminar
  3. Przyznam, że widzę to auto po raz pierwszy w życiu;) Nie zdawałem sobie sprawy z istnienia takiego pojazdu;) bardzo ciekawa miniaturka, przypomina mi trochę Fiata Multiplę i BMW Isettę;)

    Pozdrawiam;)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sospechan que se "inspiraron" en el Fiat Múltipla.

      Sólo se hicieron 200 unidades, muchos conocimos éste auto sólo por fotos!

      Eliminar
  4. Los mejores días, fueron son y serán peronistas....salu✌️

    ResponderEliminar