Isard T-400 (1963) - Autos Inolvidables Argentinos

La foto parece mezquina y el modelo se ve lejano. En realidad tiene exactamente la métrica del resto de las fotos del sitio, el modelo es pequeño.
Es que debe serlo para representar un coche pequeño, incluso a nivel local ostenta el título de uno de  los coches más pequeños construidos por éstas tierras.
Con ojo clínico, nótese que el ancho de tres matrículas bastarían para ir de lado a lado. El Isard T400 es pequeño, sucesor de otro muy similar, el Isard T300 que con iguales dimensiones llevaba un motor más pequeño (300cc).
Respecto al vehículo supone un consumo de combustible mínimo comparado con el resto, hoy sería su principal argumento de venta pero el costo del combustible en el año 63 no era un problema.

El problema por el año 1963 era el costo de los vehículos, ofreciéndose como una alternativa de las más económicas existentes, no era su bajo consumo si no el propio valor del vehículo su principal argumento de venta.

Necesariamente ofrecido como segundo auto, auto de iniciación o coche escuela, se da la espalda o todo sueño de grandeza del fabricante.

Es más, algo común a todos los microcoches es que los propios fabricantes reniegan de los mismos, nótese que la historia común a todas esas marcas es que luego de vender su primer modelo, argumentando las bondades de lo pequeño, su segundo auto es más grande.

Así éste ISARD T400 fué sucedido por el ISARD Royal 700 de dimensiones mas generosas y mayor rendimiento.
Quizá (Y dejo la duda planteada) la suerte de ISARD hubiera sido distinta si en lugar de incrementar el tamaño de sus autos, se hubiera concentrado en mejorar en su acotado mundo, sumando confort y fiabilidad mecánica.
Claro, el tema es que en los años 60s no se puede pretender un motor de rendimiento suficiente y disponerlo en un vehículo como éste. El T-400 con 2.9 metros de largo y 1.2 de ancho estaba más cerca de entrar a una calesita que a un garage.
La "miniaturización" de mediados de siglo pasado resultaba un verdadero problema, incluso había electrodomésticos como las primeras TV, que en caso de refacción, un técnico debía poner medio cuerpo dentro de las mismas.

Chiquito no se pudo, por eso fueron a lo grande, a lo grande que siempre denostaron.  Terminaron sin vender grande... Y sin vender chiquito. Ponga la marca de microcoches que quiera y la frase es siempre pertinente.

¿Qué tiene el ISARD T-400 bajo su capot? Un modesto impulsor de dos tiempos y 400cc refrigerado a aire con una potencia de 18,5 HP.
Según el fabricante podría alcanzar los 100 km/h aunque nunca dió detalles de la prueba, queda a criterio del lector si era en subida, bajada, caída libre... O tirándose el conductor del auto en marcha luego de trabar el acelerador.
Capítulo aparte es desplazarse a esa velocidad con rodados propios de un scooter italiano.

¿Que tiene el ISARD T-400 bajo su pedalera? La rueda de auxilio. No me pregunte las bondades de ésta disposición, en teoría al tener el baúl adelante el chapón que divide ambos compartimentos o está de un lado o del otro de la rueda de auxilio, lo que no altera mucho el resultado final.
Lo que si altera es la columna, quien se haya tirado bajo la pedalera de cualquier vehículo sabe que son posturas cercanas al sufrimiento. Ahora buscar abajo de la pedalera de un microcoche supongo debe ser para iniciarse en el yoga.

Ya se habló de las reducidas dimensiones del modelo, ahora queda ver los detalles del mismo.

En principio su acotada existencia y simpleza de diseño lleva de la mano al éxito de la miniatura, más si se considera que no hay en el gran público muchos conocedores del auto real.
Es más, si a los que dicen conocerlo, les resta los que miran fotos y luego salen como si lo conocieran como a la palma de su mano, nos queda un número menor.

Por mi parte voy a señalar una sola nota baja del modelo, se trata del cristal de la puerta delantera que con este sistema que usan ahora suelen quedar hacia afuera. Ese "pequeño" error es un gran error en modelos menudos como el que vemos.

Eso sí, sólo las puertas delanteras, el resto del modelo goza de un encastre perfecto: Nótese la luneta trasera y los vidrios laterales traseros se ajustan de manera excelente.

El lateral es limpio, con puertas suicidas ni los picaportes de las mismas ofrecen un detalle en el centro. Muestra apenas una línea tímida a la altura de la cintura.
El color rojo y el contraste con las ruedas (recurso básico si lo hay) da lo que tiene de atractivo el modelo.
Detalles de matriz o formas características no llegan a ser suficientes en un modelo que representa un auto de diseño casi genérico, casi esquemático y orgánico por lo redondeado... Si la naturaleza hiciera autos se verían así y creciendo entre dos zapallos.

¡Cómo que no puedo hablar así del auto! Ya se que usted sufrió como una madre leyendo y es que no ve un auto, ve la cría de un auto, como un cachorro simpático y cachetón de un auto grande.

Donde no hay inocencia es en el diseño, donde deliberadamente se busca esa empatía y sentido de protección para que usted lo adopte, oblando en los 60s sus buenos duros por el mismo...

Cuando no oblando en el presente por la miniatura del mismo...

Si Usted sospecha a quien escribe suspirando al comprar el modelo y hablandole al blíster como si hubiera adoptado un gatito bebé... Tiene razón.

Y el que esté libre de pecado que tire la primera rueda.


Es difícil reseñar un modelo así, si tomamos una regla y en un extremo ponemos la Renault Fuego de Traverso en llamas, en el otro extremo, en el cero, encontramos éste auto.

Ahora me dice que si la regla es transparente y la damos vuelta, nos queda la Fuego en el cero y éste Isard en el tope...
Bueno, ir en un Isard T400 a 100km/h supone una conduccion temeraria quedando Traverso en el inicio de esta escala y la Fuego en llamas como un paseo de bajo riesgo comparación...

Lo importante, es la regla. Debemos proteger la regla.

La retaguardia del modelo es bastante elaborada y se aprecia que lo espartano de los laterales no valen para los extremos.

Un buen paragolpes, ópticas a dos tonos y baguetas en abundancia ya denota que no le escaparon a los detalles.

Pero el conducto de aire del capot, enmarcado en cromo, es una delicia. Tan pequeño y tan bien reproducido es propio de modelos mas onerosos.

Hacia adelante tenemos bagueta delantera, picaporte y el logo de Isard tampografiado, detalle bien diminuto, en mano parece una rayadura.
Si la vió como tal y frotó con fuerza pensando que sacaba el rayón...

Y lo logró...

Bueno... Ya sabe...

Se puede apreciar de cerca las ruedas que utiliza el modelo, muy pintorescas, taza cromada, llanta de chapa blanca y neumático negro de dimensiones aceptables. Receta ya clásica y efectiva para modelos represantativos de éstos años.

El espejo retrovisor cromado contrasta con el rojo como si fuera un producto de Maranello.

La insignia de Goggomobil le da doble apellido al auto, lucía muy bien en el auto real y en la miniatura levanta la nota general por lo detallada.

A los limpiaparabrisas los hizo un chino voluntarioso. Parafraseando a un conductor de TV local diría...

"Están mal... Pero no están tan mal..."

Efectivamente tienen esa forma, lo que pasa es que tienen el ancho de una docena de limpiaparabrisas juntos.
Tampoco tienen los detalles de un cambio de espesor o de los distintos elementos en que están compuestos... Mire el lado positivo, puede lavar el modelo en un lavarropas que no va a perder estos insertos.

Ahora lo sorprendente es que las ópticas delanteras están perfectamente alineadas. Son diminutas y redondas, modelos anteriores de la colección con éste tipo de ópticas siempre sufrieron en el ensamble... Ésta vez no.

En definitiva es bienvenido, los microcoches son un capítulo muy reconocido en la historia del automóvil sin embargo no abundan reproducciones. Isettas de BMW hasta el infinito mientras el resto espera alguna ocasión como ésta para dar testimonio de su existencia.

Voy cerrando la nota tentado de tener el auto real... Sé que sería una compra inútil... Sé que es el hechizo de su diseño que hace desearlo... El canto de sirena más grande en el auto más pequeño.

Magníficent Isard T-400!