Ford Taunus Ghia (1981) Autos Inolvidables Argentinos

 

A principios de los 80s Ford renueva la línea Taunus para dar respuesta a la ola de importados, si bien las formas de éste sedán no pueden considerarse revolucionarias (ya que comulga con las formas de un sedán genérico) cumplía con las espectativas de lo novedoso.

 

Es que para el consumidor de aquéllos años la forma del sedán tres cuerpos no se discutía, gustaba de detalles y pequeños atrevimientos siempre sobre el mismo concepto.

 

Conocí un orgulloso poseedor de un Datsun Bluebird que más de una vez confundieron su auto con un Taunus. Confusión que no le resultaba feliz en absoluto, más sabiendo que el Bluebird tenía una diferencia tecnológica a su favor enorme.

Pero eso es un secreto entre Datsun y su propietario, para el resto del mundo era un sedán en forma y tamaño muy similar al Taunus.

Sacando la persepctiva nipona y volviendo a la parte más jugosa de su historia, si se lo compara con el Taunus anterior sí que tenía grandes diferencias... O definitivamente era otro auto.

Estuvo en producción hasta 1985 lo que nos lleva a una producción cercana a los cinco años. Considerando la época, era mucha inversión para Ford sacar un producto por tan poco tiempo.

 

Quizá la forma más sensata de interpretarlo, es que Ford tenía el Taunus con el family air del Ford Granada, auto caro y de lujo, hijo nariz parada de la importación, pero insisto, caro. 

Con el Ford Granda, digno de familia de dos apellidos donde ninguno es Pérez, Ford calentaba deseos y vendía Taunus.

No es que Ford sea económico con el resto de sus productos, para nada, el Ford Taunus también era caro desde su versión mas básica. Pero caro más comprable, una guiñada de ojo para el que renovaba su Falcon por otro 0km, una venta segura para el que ya tenía Taunus.

El auto indudablemente gustaba, incluso rivalizó con el Peugeot 505 y Renault 18. No es poca cosa, ya que el fuerte de Ford era su parte norteamericana, no su versión europea. 

Quién tenga un momento piense en los Taunus de los 70s y su "soledad" respecto a sus rivales directos.

Y escrito en letra chica: El Taunus quizá haya sido el plan B al momento de lanzar del Ford Sierra, apuesta atrevida si las hubo, para seguir siendo el sedán elegante de Ford en caso de que nadie quiera un Sierra cuatro puertas... 

"Si no se vende bien el Sierra te llamamos, no llames, te llamamos nosotros" Así le dijeron al último Taunus en 1985, el resto ya es historia.

 

 

 

El morocho que hablaba del Taunus real marca tarjeta y se va.

El morocho que habla del modelo llega a marcar tarjeta. 

Atrás (esperando turno según protocolo COVID19) están los comentaristas a distancia reglamentaria.

 

No se puede hablar de éste Taunus sin hacer mención al Taunus de Altaya / IXO / White Box. Que en definitiva es el mismo molde con diferentes terminaciones.

Asi encontramos el de White Box de color blanco con terminaciones austeras, el de Altaya en color gris plata bastante bien reproducido y el de IXO algo similar al de Altaya, en color verde claro metalizado, pero con mejores detalles.

Por suerte dispongo el de Altaya que de todos es el que tiene el color más reconocible y que mejor le queda. En su momento fué suficiente, aunque responde a la versión sin techo vinílico y sin llantas de aleación, no es el tope de gama.

 

La llegada de éste modelo de Salvat en principio tuvo gusto a más de lo mismo, pero llegado al punto de ponerse serios son modelos compementarios y bien merecen estar juntos.

Tanto cambia un techo vinílico, otro color y llantas de aleación? Pues sí, las diferencias entre ambos modelos se hacen notar.

El molde acusa desgaste, ver la carga de combutible que pierde nitidez es el síntoma, si está dudando entre molde o mucha pintura, pues a un centímetro está la línea de la puerta y no se la vé tapada en pintura.

La silueta del Taunus no se negocia, incluso en las sutiles caídas de trompa y baúl.

Punto de antemano, los insertos de ópticas que asoman a los laterales calzan a la perfección.

El techo vinílico está muy bien logrado, opaco y en un tono poco habitual. La gama de colores para vinílicos era negro, marrón y celeste. Para la gama de los 70s sumarle blanco.

Uno elogiaría la luneta de gran transparencia, pero los cristales laterales nos llevan a esa falencia crónica de Salvat. 

 

Por suerte optaron por dejar un vidrio bajo.

Los limpiaparabrisas están dentro de lo aceptable. 

La antena del guardabarros delantero es voluntariosa, es un pupo... pero un pupo con ganas.

El sombreado de la toma de aire bajo el parabrisas es para agradecer.

Pero el premio "Al menos lo intentamos" es del espejo retrovisor: Nótese el marco en relieve tratando de imitar el retrovisor real. Claro que el entusiasmo fué mucho, pero guardemos el valor de la intentona, me resultan simpáticos.... queribles.

 

Espejos: Dos y morrudos. 

Es placentero ver que los espejos corpulentos aparte de notorios siempre quedan simétricos.

Hacia el frente hereda mucho de los modelos pretéritos como el de Altaya, lo que funcionaba bien lo dejaron: Paragolpes, grilla plástica delantera...

Hay mejoras de tampografiado y la insignias de Ford es mucho mas digna ahora.

Pero resulta una pena la actualización de ópticas, las nuevas son lisas y hasta algo redondeadas. Demasiado modernas, demasiado de éste siglo, uno llega a sentir la ausencia de líneas en dichas ópticas.

Las luces de giro en tanto lucen mejor al ser de tono naranja y de menor superficie.

Para ser detalles pintados en matriz, los picaportes de las puertas tienen diez. 

El tambor de la cerradura ya era mucho pedir.

 

Que sea un Taunus Ghia no significa que el modelo sea premium. El interior como en todos éstos modelos es la lucha por lograr mucho con recursos limitados... 

Y en esa lucha el tablero de instrumentos es el primero en caer. Luego, por lo general, cae el volante que siempre queda como pan leudado.

Pero atrás, el panel de puerta en conjunción con la guantera busca el empate.

Las butacas vienen así, en ése tono, lo que es extraño... O el modelo vino sin "economizaciones" de otra colección.

Quizá para ésta toma debería tener la luneta sucia, así no hace gala de sus deformaciones ópticas.

Pero dejando de lado ése tema lo noto un poco grueso del paragolpes hacia abajo.

No voy a entrar a ver la simetría de las ópticas, los resultados de la lotería no son mi fuerte. Sín embargo puedo notar que las mismas son a tres tonos.

También vale notar el escape en color plata y perforado en su extremo: El escape del año.

La tampografía a toda prueba, no se les escapó un detalle.

Incluso la del óvalo, que generalmente terminan siendo un manchón azul.

 

Las llantas no son aptas para zoom. 

Pero son bastante correctas. A pesar de que el centro de las mismas quedó al ras y sólo le copiaron la forma. Aún así se reconocen.

Cerrando no es un modelo que se lleve el diez. No se lleva los puntos por novedoso pero tiene lo suyo por esmerado. 

 

Obviamente para el que no lo tenía lo es todo, sobra justificación para ello.

 

Magníficent Ford Taunus Ghia!