Viajeros Perpetuos

Hay coleccionistas que guardan una relación muy emocional con sus piezas, un vínculo afectivo no reconocido pero latente y demostrable. Sobre todo a la hora de los de trueques cuando dicha actividad supone dejar partir a un modelo para recibir otro, es en éstas situaciones cuando uno los puede reconocer y saber hasta que grado se sienten comprometidos con la pieza.

Es que aún proponiéndoles tratos favorables hasta el absurdo, en su conversación se nota más el interés por el destino de su pieza en detrimento de mirar siquiera la pieza que está recibiendo.

Me lo vas a cuidar? Dónde lo vas a poner? Al lado de qué auto? Cómo lo vas a considerar? No lo vas a vender supongo... Como quién entrega la mano de una hija recibí el 403 y la estima resultó contagiosa.
Ahora, a uno que le gusta ver a las piezas antiguas como viajeras del tiempo, que tenga un personaje, un conductor, refuerzan la idea, ya no se trata de un auto sino de un auto en uso... y un auto en uso es un auto que viaja, entonces tenemos un modelo con alma, un viajero del tiempo por excelencia.

Podría hacerse una analogía con la sonda espacial Voyager1 lanzada en 1977, aquella que brindó las primeras fotos de Júpiter en blanco y negro mientras lleva a cuestas un modesto disco con los sonidos de la tierra, disco de surcos, longplay, analógico por excelencia, creo que fué realizado en un metal noble como oro o platino... Valiéndose de impulso gravitacional de los planetas mas grandes para ganar velocidad pudo llegar mas lejos.
El punto es que le siguieron muchas otras sondas y lógicamente con la tecnología del momento podrían considerarse superiores o por lo menos más complejas, pero nunca con más camino andado, aquella primera sonda siempre está mas lejos...
Así estos conductores que literalmente soportan el paso del tiempo se pueden ver superados en calidad mas nunca en años...
No usarán planetas para llegar más lejos, pero si van cambiando de dueños, logran impulso para sobrevivir unas décadas más en un principio, llegando a pasar generaciones en algunos casos.

Fué una costumbre arraigada desde mediados de los 50s hasta los tempranos 70s. Si uno lo mira como una evolución, desde los primeros modelos, desprovistos de todo, que luego incorporaron rodamientos en dos componentes, vidrios, suspensión, interiores, etc, etc... Resulta algo lógicamente esperable la llegada del conductor en algún momento, aunque sea tosco.

Así por éstas pampas Buby por unos pocos años y en algunos modelos ofrecía éstos pilotos que también oficiaban de conductores de vehículos de calle.
Era exactamente el mismo muchacho sentado, que si le pintaban la cabeza de rojo era un casco y terminaba en un coche de carreras (Si se lo pintaba de negro era pelo y terminaba en un vehículo de calle).

Uno piensa que por aquellos años mucho más no se pudo pero a decir verdad por éstos tampoco.

Es que si bien los modelos comulgan con el realismo, lograr que sus ocupantes estén a la misma altura resulta dificultoso. Así vemos este colectivo de reciente factura que se encuentra tan poblado en su interior pero con gente sin rostro definido, que ganan simpatía por las costumbres que reflejan y por el dinamismo que le dan al interior del modelo.

A la vida que ofrecen a los modelos hoy, ya terminando el 2012 y con más de 50 años de diferencia de aquél solitario conductor del Peugeot, se puede pensar que se hizo poco al respecto. Siguen siendo una pieza simple y descuidada en su fidelidad que se prefiere dejar de lado, salvo en el facilismo de los autos de competición donde un casco logra que el piloto luzca real, justamente por tener su cabeza cubierta:

Si quieren mi punto de vista... prefiero agradecer a los conductores viejos por las historias que cuentan...
Y a los conductores nuevos de mi vitrina pedirles que cuenten sus años conmigo, cuando ya viajen solos y uno quede atrás por eso que llaman mortalidad.