Ford Falcon Convertible (1965) Auto Presidencial - Vehículos Inolvidables de Reparto y Servicio

 Hablar por teléfono es una antigüedad, al menos así me lo hacen saber cada tanto, sin embargo es una práctica tan milenaria como efectiva. Meses atrás en animada plática con un colega notábamos que la polarización política teñía todo el contenido de las redes sociales, al punto que esos espacios propios del coleccionismo se veían en jaque por algún tumulto de proselitismo cibernético.

Entonces surgió una idea magistral, un grupo de coleccionistas peronchos, siendo peroncho la condición para pertenecer al mismo simplemente se libra de carga política al grupo. Momento! Si el grupo mismo se proclama peroncho como sería apolítico? Justamente por que nadie buscaría discutir con otra persona sobre un tema que sabe tienen la misma idea.  

Es sectario? Si, pero uno de esa forma aseguraba un rebaño homogéneo y a la vez apolítico, sería el equivalente social de un perra que jamás entra en celo.

Acto seguido escondí mi mano derecha entre dos botones de la camisa esbozando mi cara de prócer, un Napoleón era lo que pretendía lograr aunque el espejo reflejaba cualquier cosa.

Con la otra mano seguía sosteniendo el teléfono, mi interlocutor no se notaba convencido, pero la lógica era robusta. Entonces preguntó: Y por que debería ser peroncho? La lógica aplica a cualquier partido político!

Es correcto! Le dije mientras balanceaba mi barriga napoleónica hacia adelante y atrás con sobrada gracia. 

Es correcto! Pero los otros partidos no tienen modelos en diecast!

Efectivamente, hay Justicialistas, Porsches peronistas, Jeeps peronistas, Ramblers peronistas, Ferraris peronistas... Y hasta una nave estratosférica que llega en dos horas a Japón... Pero definitivamente no hay modelos aunque sea ligeramente representativos del partido contrario. 

No existen! NO EXISTEN! Exclamé meneando mi barriga ya en trayectos oblicuos en lo que sería una especie de crossover de Napoleón y Verónica Lercari haciendo gimnasia.

Igual, si al lector le gusta la idea o no, le aviso que dicho grupo jamás vió la luz, es otro proyecto más que quedó en la nada.  

Lo que no se diluyó fué mi tono desafiante respecto a la inexistencia de modelos de diecast representativos del partido contrario. 

Fueron unos meses de aplastante victoria conceptual meneando la barriga para todos lados, hasta que en la página de Salvat anuncian con bombos y platillos el lanzamiento de éste Falcon presidencial.

Ese día volvió a sonar el teléfono.

 

Se trata de un Ford Falcon convertible cuatro puertas, una configuración prácticamente única, que fué obsequiado por Ford Motor de Argentina al Estado Argentino, año 1965, presidencia de Arturo Illía.

Illía visto hoy era un presidente soñado, hombre culto, trabajador, honesto, con ideas consistentes a su norma de vida e ideales. 

Desarrollista y humanista, con una mano intentaba el desarrollo industrial y con la otra la alfabetización. De tremenda humildad y gran sabiduría bien podría haber encarnado nuestros años dorados como sociedad sin embargo fué derrocado. 

Derecha, izquierda, puntos intermedios, militares, ricos, clase media o pobre... No importa el sector, nadie salió a su defensa, es más esperaban que se fuera con todas sus virtudes y así lo hizo, salió caminando, tomó un taxi como cualquier ciudadano y se fué. Algo impensable para cualquier presidente saliente de cualquier país.

Respecto a Ford no quisiera dilatarme sobre su postura, aunque se puede apreciar que sus obsequios (como autos presidenciales) no coinciden justamente con gobiernos populares... O con gobiernos!

 

Así con éste modelo conocemos OTRA faceta del Ford Falcon, ya en tantas notas lo describimos como coche de familia, auto de carrera, rural, deportivo, más deportivo y utilitario... Hoy lo vemos como coche presidencial. 

 

Como el vestido Channel multiusos de Marge Simpson, nuestro camaleónico Falcon se adaptaba una y otra vez para infinitos usos.

 

Mitad auto presidencial, mitad pace car (ofició de las dos cosas éste auto) tiene su distinguida existencia acorde al período en que existió: Por los 60s era uno de los coches más avanzados y costosos, no era el típico familiar de la década siguiente, era el lujo del momento.

 

Posteriormente sería reemplazado por el Rambler Ambassador de IKA.

 

No abunda material fotográfico del mismo, aunque no resulta un misterio pensar un Falcon sin techo. Vamos al modelo:

 

 

Años atrás el "Picante" Pereyra, delantero de Belgrano de Córdoba, había logrado el ascenso a la máxima categoría del fútbol argentino para su equipo. 

En uno de los primeros partidos en la categoría élite tuvo una noche lúcida donde todo le salía bien... Y el equipo rival le fué al hueso. 

 

Nada fuera de la común, salvo la frase de la comentarista de TV durante el partido: "Le pegan como si fuera habilidoso".

Pues bien, quisiera que Usted me pegue como si fuera habilidoso mientras le despacho el frente de éste Falcon a tres dedos: Con una foto a tres cuartos y prescindiendo de un faro. 

Empezando por lo flojito, la matricula está bien de formas, pero si me lee de otro país sepa que tenemos algo más de imaginación para hacer el Escudo Nacional. No es un manchón dorado.

El paragolpe delantero esta muy bien, tiene la forma y detalles indicados. Las fotos del original son pocas, en unas sale con el paragolpe simple y en otras con los demás elementos. En la comparación con el original, la superficie de goma luce ancha.

La luz de giro es pintada pero prolija.

Nota alta a la grilla metálica delantera que no falla con todo el zoom de la cámara. 

 

Las ópticas también pertenecen a esta nueva generácion de insertos con posición marcada... 

Tampografía de FORD en el capot legible y sin defectos.

El lateral ya lo vimos en la primera foto, que sea un Falcon rebanado no significa que nuestra rodaja de Falcon se desentienda de sus formas. 

 

Efectivamente la matriz está muy lograda y ofrece detalles en sociedad con tampografías para dar vida a éste auto presidencial.

El espejo retrovisor redondo es consistente con varios modelos que vimos en notas atrás y a todos le queda bien.

 

Picaportes, tambor de cerradura, bagueta, todo detallado en su justa medida, es como si tener medio auto los exigiera a lucirse en el poco espacio que tienen. 

Note la punta de flecha en el guardabarros delantero y las raquíticas líneas negras intermitentes en las misma.

 

 

Los limpiaparabrisas cromados son de tamaño aceptable, bien colocados.

Molduras de la carrocería en zona de capot bien logradas.

 

Los bastones del tapizado respetan sus particulares formas.

 

 

El interior esta más detallado de lo normal, tienen el buen proceder de esmerarse más si es un auto descapotado.

 

El tablero de mi unidad visto agigantado indudablemente tuvo un problema de encaje, en mano no lo pude percibir. Además resulta algo corto viendo que no llega bien a los lados.

Corregible, son detalles esperables que se solucionan desarmando y volviendo armar, nada alarmante.

El interior es acertadamente rojo, los detalles en plata si bien son abundantes no sorprenden, con un marcador color plata podría hacerlo en su casa. Lo bueno es que ya está hecho.

Ví velocímetros más esmerados en algunos modelos anteriores, según como se vea, esa aguja negra sobre el color plateado puede resultar mucho o poco.

Las plazas traseras le siguen aunque reclaman menos detallado de las piezas, tan sólo un cenicero al centro y lo demás son formas de tapicería.

Los paneles internos son toda una actividad, para los puristas del óvalo los apoyabrazos no son cromados.

La zona del picaporte interno de la puerta delantera me resulta la más interesante. 

Pero si se fija en el panel de la puerta trasera, la protuberancia del seguro en la parte superior denota aún más esmero.

Toda la parte superior debería ser color carrocería, es decir, negro. Otro detalle más que puede hacerse fácilmente.

Hacia la parte trasera volvemos a encontrarnos con la matrícula y las añadiduras de la defensa que según eruditos del Falcon se incorporaron en 1967. Aunque para Salvat es 1965. Mejor nos conformemos en que quedan lindas.

Las tazas de las ruedas son muy fieles, las originales lucen así sin perforación alguna.

Los neumáticos son los indicados para el modelo.

Tampografía del guardabarro trasero dificultosa pero bien lograda.

Luces traseras simples, de insertos cromados y pintados, con resultado efectivo.

Detalles al centro bien logrados, cerradura con tapa de forma de gota como en las puertas, tapa de combustible central y molduras prolongadas.

Logotipo trasero de FALCON, centrado y debidamente espaciado entre letras.

Caño de escape visible y de formas correctas detallado en plata.

En definitiva que tenemos? 

Un buen Falcon descapotable de único uso, tanto el real como su miniatura. 

Imposible pensarle otro uso que no sea el presidencial. Quizá y de manera muy retorcida como pace car pero para eso hay mejores definitivamente.

No quita que alguien se atreva a hacerle el techo y llevarlo otra vez a sedán, sería un gran trabajo pero no imposible. 

Tampoco quita que desde la editorial no tengan pensado reeditarlo con el techo plástico como ya lo hizo con el Rambler por ejemplo.

En lo inmediato resulta un donante exquisito de piezas para lograr versiones inéditas del Falcon, sus insertos traseros y delanteros son oro para quienes pretenden lograr piezas únicas.

Valor histórico, rareza, valor como modelo, valor como proyecto y valor por partes... Al parecer este Falcon es la Roma a donde van muchos caminos.

 

 Magníficent Ford Falcon Presidencial!