Pequeño, compacto y moderno para su época. El pequeño 800 de Fiat mostraba una silueta que podría decirse sexy, claro, sexy estilo 60s.
Por ésos años Fiat encomendaba casi con regularidad al carrocero Vignale el diseño de varios de sus productos. Fiat abocado a autos de pequeño porte ofrecía productos de cierta simpatía, pero con Vignale alcanzaba algo que por sí misma le costaba: El estilo.
Fronteras adentro, éste auto tiene a la fecha el título de ser el único descapotable de serie. Nunca antes ni después una terminal automotriz ofreció un descapotable, dejando éste nicho a cubrir con la importación de unidades.
Es que la idiosincracia local esquiva el concepto del descapotable, nos gustan, incluso soñamos con uno, pero a la hora de adquirir una unidad el descapotable es la última opción.
El primer determinante es climático, contamos con un clima subtropical que nos ofrece cálidas primaveras y veranos, pero fríos otoños y crudos inviernos. Tormentas, granizo, nevadas, insolación, lo tenemos todo.
Contar con este clima y un descapotable tanto en los 60s, 70s y 80s suponían una merma en el confort por calefacción insuficiente o refrigeración inexistente.
El segundo determinante es la practicidad, cuando en un sedán basta con cerrar la puerta, la capota demanda su tiempo, más si es manual, luego se usa con capota cerrada para emular un sedán y se termina preguntando por qué no compró uno directamente.
Seguiría un tema de seguridad, dejar un descapotable en la vía pública es un imán para el vandalismo, desde el mero daño al robo.
Un descapotable en definitiva resulta un auto recreacional para ir de un lugar cerrado A a un lugar cerrado B durante la mitad "amable" del año.
Para único auto, que va al supermercado o estaciona en la calle resultaba inadecuado.
Para segundo auto, una maravilla. Pero eran los 60s y no había mucha gente con segundo auto.
Entre 1966 y 1970 salieron una cifra aproximada a las 1200 unidades. Fiat lo contaba como parte de su oferta: El 800 spider estaba acompañado por el 800 coupé (con techo), el Fiat 1500 berlina, coupé y la versión familiar (state) y el Fiat 600.
Si hay algo que rescatar de Fiat en los 60s era su variada oferta, no todos sus productos tuvieron el mismo éxito, aunque no todos tenían como objetivo ser superventas.
El 800 spider bajo ninguna manera se trataba de un auto que apuntaba a venderse masivamente, su rol era ser deseado, no comprado, deseado, despertar deseo por el auto y por la marca.
Y después comprar un 1500 o un 600 según lo que diga el bolsillo.
Luego de dar unos vistazos generales del auto y una breve historia del mismo vamos al modelo. Como primer dato, si reparamos en las 1200 unidades producidas por Fiat vemos que su réplica a escala es más numerosa.
No hay datos disponibles de cuántos modelos fueron producidos, pero considerando la demanda de los mismos y que se venden en toda Argentina seguro es un número mucho mayor.
De pensar en Vignale y su arte, de su prototipo a las unidades producidas... El modelo tiene gusto a una impresión a color de La Gioconda.
Escaneo 3D, viejas técnicas de diecast y nuevas también, todo un arsenal tecnológico se conjugó para dar con éste modelo a costo contenido y bríos de grandeza.
El motor trasero del 800 dejaba la oportunidad al auto de tener un frontal sin restricciones, podía tener cualquier forma, la ofrecida es el resultante de la armonía general y un baúl delantero suficiente.
Ornamentos cromados que el modelo detalla en plata llenan el vacío de no tener una grilla delantera.
El paragolpe delantero tiene sus defensas añadidas al gusto local.
La matrícula es sencilla, con colores previos a la normalizacion de fondo negro. No detalla origen de la misma.
La insignia de Fiat en el centro dado su tamaño y donde se aplica es elogiable desde todo punto de vista.
El piloto lateral pintado en naranja también, en caso de venir pintado color carrocería no hubiera sido motivo de queja generalizada.
Las ópticas principales sufren por mal ensamble, están a 45º.
Pero el aro de las mismas fué resuelto de manera efectiva. Igual que en la versión coupé del Fiat 800... Y como hubiera agradecido el primer Torino de los primeros números.
Su descapotable existencia.
Entre las tomas más envidiables que puede ofrecer un descapotable se puede encontrar ésta donde el interior y exterior tienen una fluidez única.
Asi se puede apreciar el volante y tablero que comulgan con la suntuosidad en continuidad del rojo que predomina en el exterior.
Ser descapotable no sólo es el conductor en contacto con los elementos, es poder hacer gala de su interior.
Las escobillas del limpiaparabrisas lucen bien, dentro de lo esperable,
doy cuenta de las mismas desde el lado interior para salir de lo común
que es observarlas de afuera.
Aquí, para delirio de los aguerridos seguidores de la marca italiana, ofrece un volante que respeta sus formas, en dos tonos y tampografiado al centro, éste último detalle es inédito en la colección y muy poco visto en general.
Seguramente un modelo premium hubiera tomado nota del acabado en madera.
El interior lo tiene todo, con poco esmero se puede detallar más en plata manijas y partes metálicas. Quizá cambiar el color del tapizado, aunque el color de la cuerina negra no demanda un cambio urgente.
Bien las alfombras interiores marcando las distintas superficies.
El tablero quizá demanda más detallado aunque su relojería atendiendo el auto real es de un tamaño pequeño, incómodo para darle más vida.
Las ruedas están muy bien resueltas, representan las tazas cromadas con la insignia tampografiada al centro volviendo a lo inverosímil junto al volante, por lo general modelos económicos no ponen nada... o un punto negro.
A la llanta le vendría bien un sombreado para fines fotográficos... Para tenerlo en mano, las sombras del relieve alcanza.
El emblema de Vignale lidia en tamaño con el polvo que se adhiere al modelo, es un detalle pequeño... bien pequeño.
La parte trasera tiene su complejidad, las branquias en el capot están más que logradas, es una exigencia válida, normalmente se contentan con tampografiar bastones negros sin atender longitud y ancho,
El paragolpes trasero a tono con el delantero atiende todos los detalles.
Detallado de baguetas cromadas aceptable.
Las tampografías en la parte posterior no tienen desperdicio: La insignia de FIAT de un lado y la de "800 spider" del otro suman calidad al modelo.
Tomaron nota del espesor exagerado de las matrículas en modelos anteriores. En éste caso mejora mucho el aspecto, incluso tampografiada directamente sobre la carrocería quedaba bien.
Las luces traseras son a dos tonos, del tipo económicas sin acrílico, el reticulado le da sensación de profundidad, un recurso interesante en virtud de abaratar costos y dar buenos resultados.
Aunque la mayoría estamos del otro lado del mostrador y preferimos ópticas acrílicas.
Ya cerrando el modelo nos queda el detalle del escape, sin gran protagonismo, podría detallarse en plata.
La impresión rezando que es un producto bajo licencia asoma de forma pícara.
Rompe la magia de ver el auto como si fuera real, rompe la magia de que es un modelo de escala mayor y nos deja la magia real de que es un modelo que entra en nuestra mano.
Incluso podemos cerrar el puño con el modelo en su interior.
Un pequeño gigante que acerca la época más glamorosa de Fiat.
Magníficent Fiat 800 Spider!
Deseable la miniatura, tanto como el auto real. Se nota la maestría del diseñador, sacando belleza de lo sencillo.
ResponderEliminarVignale hizo lucir a los Fiat como ningún otro.
EliminarCuantos estábamos dispuestos a realizarle una cirugía de techo al azulcito, gracias Salvat por ahorrar el esfuerzo. Miniatura prolija, pocos defectos, de la media para arriba, de un auto simpático, escaso en la calle (muy), quizás, en tren de pedir, me hubiera gustado más en bordó, pero puro capricho nada más. Sin duda entra en el grupo magnificente. Un saludo. Luis
ResponderEliminarY más de uno lo serruchó al noble 800 (a escala y al real también!)
EliminarEntre ambos no sólo difiere el techo, también la inclinación del parabrisas.
y ademas entre uno y otro cambiaba el capot trasero siendo uno mas corto y otro mas largo, muchos serruchaban el techo pero ese detalle no se podia cambiar. Magnificient la replica y el auto real
EliminarSupongo que la diferencia respondía a la capota.
EliminarPoniendole una capota plegada como inserto quizá lo disimulaban.
Yo no lo compré en su momento porque lo vi "cabezón", valga la contradicción. Ahora confirmo la sensación, aunque debo admitir que pese a ese detalle, el modelo se ve fantástico, sobre todo atendiendo a su reducido tamaño. Imagino que en la mano, es una belleza de esas que dan ganas de ponerse a jugar. Una belleza!
ResponderEliminarSiempre pensé que llamaban cabezones a los modelos generosos de parantes de techo y por extensión a sus superficies vidriadas.
EliminarAhora cabezón un convertible me quemó los libros!
Más de uno recortó el coupé, y Salvat....también!
ResponderEliminarLe dejó el parabrisas idéntico al coupé, cuando en el spider era más largo y con mayor inclinación.
Pero bueno, una de cal y otra de arena, al menos el capot trasero sí se tomaron la molestia de cambiarlo.
De todas maneras es una réplica muy linda, y ese volante con el logo central es una maravilla.
El detalle del parabrisas hay que ser un gran conocedor del auto, nosotros lo sabemos por el amigo en común que tenía una spider.
EliminarDe acuerdo con anteriores comentarios: es extraño ver un parabrisas tan alto y tan recto, y mezclar a la vez el frontal de uno y otro, según el año de la versión. Es un difícil híbrido entre el Sport Coupé y el Sport Spider.
ResponderEliminarEso no quita que la miniatura sea un primor, pues tiene multitud de detalles.
Un saludo.
No entendí lo de distintos frontales. Yo los veo iguales. Lo que sí cambiaron además, y para peor, fueron las ruedas. Las perforaciones de la llanta de chapa no están tan bien definidas como en el coupé. Pudiendo haber usado aquellas, no se entiende por qué se toman el trabajo de modelar nuevas, y encima mal. En fin.
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