Omnibus Mercedes Benz O319 D (1955) - Schuco Nostalgie 1:43

Si sobre gustos no hay nada escrito, sobre lujos mucho menos, ya cumpliendo con este ómnibus de manera digna de la mano de Norev (Si siguen el enlace lo pueden ver) uno se puede dar el gusto... o el lujo... o el fetiche... o dejar ver su lado enfermizo con un modelo de éstos.

Se trata de una serie especial de Schuco (Nostalgie) que trata de modelos que reproducen vehículos abandonados, así a este colectivo le sigue el camión 319 (mismo frente - cabina pero detrás con caja de madera, una suerte de camión liviano) que no dudaría en hacerme con él ni un segundo, pero desconozco si algún otro modelo forma parte de ésta serie... (Bien, lo admito, ni me fijé para no amargarme).

Un domingo de otoño sacando fotos a un modelo oxidado en una tarde que se iba gris... no sabía si apresurarme con las fotos o llorar un rato el paso del tiempo con una bebida espirituosa...
Bien refleja el modelo el paso (daño) del tiempo con abundante oxido, faltantes, abolladuras y tierra... esa forma particular de tierra con lluvia y mas tierra y mas lluvia... para dejar ese chorreado característico... y los vidrios casi impenetrables a la mirada...

Quizá por eso Schuco decidió no poner todos los cristales del techo, sólo puso dos dejando el resto a la imaginación (rotos? saqueados? vendidos?) y así poder tener un acceso visual decente al interior que guarda algúnas sorpresas:

Su rueda de auxilio, sus patentes (matrículas), picaduras del piso y brochazos en color blanco...

Un tablón podrido de color verde en un tono muy usado por aquellos años, con más brochazos, nótese que ya éstas fotos se sacaron con ayuda de luz artificial, ni modo con la poca luz que dejaba la tarde...

Las butacas delanteras siguen presentes pero delicadamente reventadas? lo primero que pensé es que tenía una pelusa dentro, pero luego de soplar varias veces como un orate el macro de la cámara descubre el misterio, es el relleno del asiento, coronado con cuerina reseca partida y florecida... de no creer...

En la uña de un dedo, ahí es donde entra todo lo que se ve en la foto, el asiento roto, el volante insolado y un velocímetro desencajado...

Y algo que ya es un cliché, un auto no se puede lucir como abandonado sino queda con la guantera abierta.
Aquí en Argentina circularon unas cuantas unidades, en el Ejército sobre todo, muchas de las mismas tuvieron una segunda vida como transporte escolar incluso afectados a servicios turísticos. Así surgieron algunas "Empresas de Turismo" donde el chofer, el mecánico, el que atendía el teléfono, el que peleaba el precio y recibía las quejas del servicio... era la misma persona.

Esta unidad en sus años de vida supo estar en manos de Don Ovidio que intentó sacar provecho de la misma como transporte de escolares en Ischilín, iniciativa de poca duración ya que los críos por aquéllos años se iban caminando, a caballo "o en lo que puta sea" como decía el modesto empresario del transporte. Sin contar los dañinos que aparte de no ir al colegio, le tiraban piedras al viejo colectivo y salían corriendo al monte como "cabritos del demonio" citando nuevamente a la fuente... Y es que en la serranía cordobesa aire fresco y piedras no te van a faltar nunca.

El cambio de rumbo era necesario, ofrecer tours para la tercera edad surgió como opción y se presentó en el centro de jubilados del pueblo vecino ofreciendo un tour a Tanti con visita a la gruta de la Virgen de la Medalla Milagrosa... una bomba... viejos, religión y estampitas era un recurso tan seguro como vender pan. Le dió unos brochazos de un color parecido al pequeño bus y se presentó con un papel escrito con lapicera en el parabrisas delantero, fué un éxito.

Entre las anécdotas de aquéllos viajes, recuerda Don Ovidio por Junio del 72 cuando llevaba un contingente de jubilados, mientras iban en viaje una anciana se acercó ofreciéndole maní, aceptó gustoso, un tanto sorprendido por tan noble gesto de la pasajera, gesto que mostró repetidas veces durante el viaje, no sólo la abuela sino varios de los viejitos del grupo que se acercaban a dejarle un puñadito de maní.

Al regreso de Tanti siguieron las atenciones, pero tanto maní le habían dado al chofer que terminó sintiéndose en apuros. Se detuvo en la banquina y se puso de pie frente al pasaje diciéndoles con voz cariñosa lo agradecido que estaba, que nunca le había tocado un contingente así y que por favor no le dieran mas maní, que lo guarden para más tarde, que lo disfruten ya en sus hogares. Luego se arrimó a la anciana sentada en el primer asiento, la besó en la frente  y con los ojos brillosos miro al resto de los pasajeros pidiendo a viva voz que sean bendecidos.

Y mientras agarraba el volante nuevamente la viejita del primer asiento le dijo... "Es que ninguno de nosotros tiene dientes, sólo le chupamos el chocolate... en serio... quiere maní?"

Magníficent Mercedes Benz O319!!!