martes, 11 de abril de 2017
Ford Ranger 2015 - Federico Villagra - Dakar Argentina Bolivia Chile
Enero de 1992, Córdoba, Argentina. Un minibús llega a la Ciudad de Carlos Paz luego de un viaje de 40km desde la capital provincial. Apenas dobla el curvón al final de la autopista se ponen de pié tres adolescentes y se acercan al chofer:
-La cancha de rugby es a esta altura no?
-Si, son seis cuadras hacia el lago.
-Déjenos acá!
-Miren que son seis cuadras, pero cuadras santiagueñas...
Un joven Reyes miraba al chofer tratando de descifrar lo que sería una cuadra santiagueña. Chofer morrudo, cachetón, acogotado por la camisa celeste, cutis brilloso como si le hubieran frotado una empanada, pelo negro grueso y abundante... Holandés no era.
Del tablero colgaba una suerte de bolsito de cuerina de dudoso gusto, lleno de cassettes de folklore, arriba de todo Los Manseros Santiagueños indicaban que estaban en el top ten ya que buscar uno del fondo sería muy tedioso: Holandés no era.
Holandés no era, escuchaba Los Manseros Santiagueños y habla de cuadras santiagueñas.... Es Santiagueño!
-Chofer, que tan largas son las cuadras santiagueñas?
-Y son largas.
-Que tanto?
-Largas...
-Pero... largas largas?
-Largas...
-Mas o menos cuantos metros?
"Largas" volvió a contestar con las manos apretando fuerte el volante, las tenía de un tono rojizo con los nudillos blancos... Decidimos probar suerte y bajar del minibús.
Fuí el segundo en bajar, detrás de mí el menos iluminado de los tres seguía insistiéndole al chofer, quería saber la métrica exacta de la cuadra santiagueña.
Sucede que el tipo adoraba los decimales, el valor exacto y sentía realmente placer corrigiendo al prójimo con el valor preciso aunque fuera innecesario... La respuesta del chofer fué contundente:
-Son largas! Largas! Como la puta que te parió! Largas!
Fuimos por un camino secundario paralelo a la avenida hasta la esquina, donde una calle nos llevaría hasta el lago en línea recta: Primera cuadra, normal. Segunda cuadra, corta, La tercera empezamos a ver el lago de horizonte.
De casas pasamos a ver casonas, impecables, enormes, jardines que eran parques, que placer caminar un atardecer de sábado con semejante paisaje.
-Linda esta casa...
-Si, se parece a la que vimos hace un rato...
-No, no es igual, tiene tres metros menos...
La pendiente se sentía en los talones luego de un rato de caminata sostenida...
-Mierda esta cuadra no se termina nunca!
-Hace cuánto que estamos en la cuarta cuadra?
-Es la tercera...
-451 452 453 454 455 456 457 458
-Qué carajo estas contando?
-461 462 Los pasos! 463 464 465
La inclinación se hizo menos pronunciada, el tráfico de vehículos era inexistente, bajamos de la vereda para tratar de ver mas lejos camiando por el centro de la calle.
-Y si volvemos?
-Hace mas de media hora que estamos caminando! Volver y en subida?
-(Susurrando) 578 579 580 581 582
LLegamos al llano, sobre el asfalto había arenizca arrastrada por la lluvia de días anteriores....
-Esa es una...
-Esquina! Llegamos a la esquina!
-Todavía no 631 632 633 634
-Deja de contar querés!
-657 658 659 y 660! Son 660 pasos la cuadra santiagueña!
-OK
-660 pasos! 330 metros!
-Sos rengo gordo, no son iguales tus pasos
-No le digas!
-660 pasos! (susurrando haciendo números) 330 pasos de medio metro y 330 pasos de 40 centímetros...
Por suerte las cuadras siguientes fueron más breves, entre gentiles eucaliptus cruzaban diagonales que hicieron la caminata hasta el lago algo más cercano a lo que uno imaginaba.
No era amor por el rugby lo que nos acercaba a la cancha, sino la carrera de motocross nocturno, toda la cancha transformada en una pista de motocross, tribunas, equipos oficiales de Honda, Suzuki, Yamaha, Kawasaki...
Entonces llego la hora de pedir calcos! Merchandising! Lo que venga! Las manos llenas de papeles de las concesionarias oficiales, motos de ensueño en aquel entonces y la ya clásica gráfica del motocross con colores estridentes y una tipografía salvaje.
En algunos de los folletos aparecían fotos de los pilotos estrella como una suerte de superhéroes con el nombre abajo, lo primero que llamaba la atención es la cantidad de nombres anglosajones.
El primer pensamiento que tuve es que si fueran realmente buenos serían estrellas en el país del norte, no andar probando suerte aquí. Luego seguí pasando folletos y apareció un rostro francamente inolvidable:
-Y éste quien es?
-Villagra
Seguimos caminando entre nerviosas aceleradas de motores de dos tiempos que nos perfumaban con aceite de ricino. Nos fuimos a la tribuna, bien arriba, al centro, ahi la vista dominaba todo el circuito.
Primero largaron las categorías infantiles, insufribles motitos de mínima cilindrada en un circuito con un trazado diferente, reducido, como mi espíritu de espectador que se reducía por no recibir emoción alguna.
Debe ser por eso la existencia de promotoras, las calzas enterradas entre cachetes tienen un poder curativo que me ayudaron a sobrevivir las dos mangas categoría junior.
Le siguieron los cuatriciclos, a diferencia de las motos, el mayor espectáculo lo dan cuando se dan una piña y salen despedidos para cualquier lado. La emoción fue en aumento, incluso tres pilotos me entretuvieron clavándose de punta, volando como superman y luego berrincheando al lado del cuatriciclo al ver que perdieron la carrera.
Le siguió la categoría 125 de motocross que fué muy entretenida, incluso sorprendente en el gran salto justo frente a la tribuna. Pero faltaba la 250, la verdadera estrella de la noche.
Cuando llegó su turno la tribuna gritaba, había fans de algunos corredores gritando a garganta pelada nombres anglosajones como si fuera un club de fútbol del ascenso.
Usted, sí, Usted! Imagínese sentado en un tribuna donde a su izquierda daban ánimo a un tal Matthew o algo así y del otro lado a un tal Peter... Dígame si no se parecía una insulsa película de beisbol que suelen pasar por TV los domingos a la tarde?
Largó la primera manga y el espectáculo fue impactante, aceleradas que parecían trompadas, saltos descomunales, pareciera que una motocross de 250cm3 de 2 tiempos con sólo pasar por un ladrillo salta cuatro metros para arriba... O es el piloto... no no no... es la moto, los últimos tambien saltaban.
En la segunda manga ya sabía mas o menos quienes eran los pilotos de punta y además que objetivos perseguían:
Los últimos trataban de terminar la carrera y no abandonar.
Los de la mitad del pelotón eran mas interesantes, trataban de terminar la carrera sin que les saquen vueltas de ventaja.
La elite de adelante en cambio era más extraña, dudaban entre dedicarse al show o ganar.
Parece una pregunta estúpida, se corre para ganar, pero en al gran salto los pilotos extranjeros gustaban de hacer piruetas en el aire nutriéndose de la ovación del público en la tribuna.
Así el segundo pasaba al tercer puesto tras acostar la moto a 5 metros de altura y volver a caer con las ruedas hacia abajo para luego luchar para recuperar su puesto en lo que queda de circuito.
Cuando pasó el asombro por la destreza de dichos pilotos ganó el sinsentido: imagine a su piloto preferido ponerse acrobático en una carrera para impresionar en desmedro de su puesto y resignando segundos para alcanzar la punta. Después de todo, sigue siendo una carrera, la supremacía del más veloz, no un concurso circense.
Así las cosas uno empieza a pensar en una justicia poética deseando que venga uno de atrás y los pase a todos y efectivamente fué lo que pasó: Había un piloto de manejo preciso y eficiente que sólo buscaba estar en el puesto más alto posible. Despojado de piruetas y de teatralidad en los saltos el tipo venía acelerador a fondo y recto, corte y curva y de nuevo a fondo: Era Villagra
Cómo se veía a Villagra en aquél entonces? Pues era un tipo delgado, muy delgado, una ventaja en esta disciplina. Uno lo seguía con la vista por el circuito, iba echando putas pasando resagados, buscando acortar ventaja. Frente a nuestros ojos, en el gran salto se hacía mas notable ya que en su búsqueda constante de ir más rápido terminaba saltando un metro mas alto que el resto.
El curvón se empezaba a erosionar con las vueltas y Villagra seguía, quería su primer puesto, empezó a buscar vuelta tras vuelta mas arriba de peralte.
Si se tiene en cuenta que era una cancha de rugby, con tierra puesta para la ocasión y que los montículos no estaban apelmazados como si fuera natural, pasar por la zona alta ejerciendo presión era correr el riesgo de pasar de largo y quedar sentado de culo jugando con tierra.
Pero Villagra en cada vuelta buscaba más arriba, a la vez ir más arriba le daba un radio de giro más amplio y entraba a la recta más rápido, encaraba el gran salto y salía como un cachetazo para arriba y caía cada vez más lejos.
Ya en las últimas vueltas salía del curvón con tanta velocidad que alcanzaba a tirar un cambio más que el resto y saltaba... para aterrizar seis... siete metros más allá que el resto.
Llegó a pasar a un resagado por arriba en ese salto, el dramatismo ganó a la estética, en la tribuna ya no aclamaban las piruetas en el aire, esperaban a Villagra, que seguía en ese ritual suicida de ir cada salto más arriba y mas lejos.
En las últimas dos vueltas cuando aterrizaba la moto apenas le daba el tiempo para doblar ya que prácticamente se le terminaba la pista (O literalmente se la acababa la cancha). "Vamos Coyote carajo!" gritaba la gente y hasta se sentía gustito a ídolo en la boca al decirlo.
Pasó el tiempo, el motocross si bien es llamativo no lo es tanto en éste país, incluso tiende a desaparecer de los primeros planos deportivos por años.
Pero llega la noticia de que Villagra se estaba probando para correr el Rally. Había espectativa pero el Rally a diferencia del motocross no es tan parejo mecánicamente hablando. Verlo correr por TV me dió pena, no importaba cuánto acelere el auto no le daba ni la mitad del brillo de sus épocas de piloto de motocross. Ganó nueve campeonatos de Rally Nacional... Pero a la hora de medirse con los WRC le faltaba auto sin lugar a dudas.
Vuelta de página, de la cima sólo se desciende, como en aquellos saltos obtusos en Carlos Paz. Pasan los años y uno ya tiene que trabajar... también olvidar.
Año 2002, Suena el teléfono en el trabajo...
-Hola?
-Hola buenas tardes, hablo del Villagra Racing Team.
-(?) Quién habla?
-Villagra.
-Villagra... Coyote?
-Si el Coyote Villagra...
-COYOTEEEE!!! Yo te ví en Carlos Paz y después... después... NO TENDRIAS QUE HABER DEJADO NUNCA EL MOTOCROSS!!!
-Vos decís? (Con tono extraño)
Le conté de forma resumida lo que les vengo contando y luego me sorprendió su actitud contrariada, no era para menos, decirle al tipo que era un tremendo talento camuflado en un auto de rally.
Pasaron más años hasta el 2015, sentado en casa viendo la largada del Dakar, llega el turno de Villagra y una voz comenta: "Villagra, piloto del rally nacional..."
-Y te quedás corto! Qué carajo sabrás!
Luego de decirlo salí a fumarme un pucho... Pensé en aquellos tiempos... Pero claro! Ya habían pasado mas de 23 años!
Vamos a ver la Ranger de Villagra a la tele a ver que tal está... linda.... linda la Ranger... PERO SI LA DABAN UNA MOTO LES ROMPÍA EL CULO A TODOS!
Y la miniatura?
La miniatura es tan extraña como el vehículo real, hasta diría bizarra viendo la caja de carga que no carga nada, es más, apostaría que Ford insistió en dejar esas protuberancias traseras para seguir dando la imagen de la Ranger, otra razón no imagino.
Aún así el aparentar da tanto trabajo como ser, el modelista bien se las vió jodida en dar fidelidad a esa zona cóncava que concentra miradas.
Alguna vez el Coyote Villagra se habría imaginado inmortalizado de esta manera? En una miniatura vendida de manera masiva? Antes que muchos pilotos de otras disciplinas?
Creo que la imagen vale tanto como una copa. Qué se sentirá ver como compran la camioneta en miniatura con su nombre? En definitiva, un Villagra de vitrina.
El snorkel luce muy bien, pero las verdaderas vedettes son las publicidades. Comprar un modelo en un kiosko hecho en China que diga "Fiambres La Piamontesa" es un bucle muy grande: Córdoba - China - Córdoba... los de Brinkmann deben estar contentos.
También son notorias las tomas de aire en las ventanillas traseras con el logo de YPF, nuestra petrolera de cabecera.
Le siguen el Banco Macro, SpeedAgro y sobre la rueda delantera Amortiguadores Monroe... Así sinceramente da gusto tener vehículos de competición.
Las ruedas muy cuidadas, la calidad del modelo en general es muy buena, dada su complejidad sube más la nota.
Como se puede observar en la sucesión de fotos, abundan detalles y puntos fuertes.
Qué mas se puede pedir? Esperar no aburrir con una nota extensa!
Villagra terminó en el puesto 27 en el Dakar 2015
-Magníficent Ford Ranger Dakar!!!
-La cuadra santiagueña tiene 297 metros!
-Callate gordo!
-Es cierto! (330 x 0.5) + (330 x0.4).... SON 297 METROS!
usted se està poniendo viejo
ResponderEliminarpero le sienta bien.
despuès pienso algo original para comentarle
Menos mal que me sienta bien, espero tenga razón!
EliminarMe gustó mucho la camioneta , aunque menos que el relato.Es muy interesnte repasar las "objetividades" que tenemos a lo largo de nuestras vidas.
ResponderEliminarTengo sólo una pregunta , ¿En Córdoba capital son tan abombados como los porteños y rosarinos?. Porque cualquier argentino ajeno a esas urbes sabe que "Ahiaacito noma'" significa una expedición transcontinental , y las cuadras de campo tienen una cantidad de metros expresada en números transfinitos.
Saludos!
Al igual que don Marinig, me gustó el relato de Villagra, la camioneta ya la tengo pero ahora la voy a mirar de otra forma.
EliminarSr. Marinig siempre tengo la duda si es una diferencia en el concepto de distancia o en el tiempo que lleva recorrerlas. Un tramo corto que lleva una mañana en un lugar donde el tiempo no pasa nunca debe parecer un rato.
EliminarEn Córdoba Capital somos abombados distintos, jamás compare! Muchos menos confunda!
CW_orange Son esos modelos que tienen un valor agregado que ni pensó el fabricante.
EliminarPobre Villagra, su relato confirma que para los coyotes también pasa el tiempo.
ResponderEliminarQuizás debió seguir con las motos y hoy estaríamos leyendo y admirando la Suzuki de Villagra de la colección Motos Inolvidables Argentinas.
Aunque me temo que este hombre, de profesión corredor, debe correr con lo que le ponga su anunciante, aunque sea un monopatín.
A mi me hubiera gustado ser estrella de rock pero acá me ve fracasando día a día en un trabajo que no me enorgullece, apenas me da la moneda para sobrevivir hasta el otro mes.
Se imagina una colección de Guitarras Inolvidables de Felizia? Dicen que el número uno viene con una Suzuki de Villagra en la tapa.
Villagra corría con Honda en sus épocas de motocross. En el Rally Nacional no le fué mal, tiene 9 campeonatos. Aunque a la hora de medirse en el WRC, como dijo en una entrevista: "Me sacan un segundo por kilómetro"
EliminarUsted tocando la guitarra? No me lo imagino siquiera rascando una criolla! Pero si la revista trae la Honda de Villagra con el numero 100 en las cachas, LA COMPRO!