Ford F-100 XLT Supercab (1993) - Autos Inolvidables Argentinos

 

Días atrás recibí varios mensajes solicitando que tenga el cuidado de no postergar la reseña de la F-100 XLT Supercab. Además de ser sancionado por no escribir en intervalos regulares provocando la consabida angustia del lector, que reclama que la nota esté aunque no siempre tenga tiempo de leerla.

 

Para no hacer larga la introducción: La nota es reclamada, el modelo es un punto alto en la colección de inolvidables y todo hace que los habitués pidan que la nota sea escrita con la voz de Morgan Freeman.

¿Cómo es escribir con la voz de Morgan Freeman? Es fácil, Usted se dispone a escribir y piensa "Voy a escribir con la voz de Morgan Freeman" listo.

 

Es una estupidez, pero el que lee... Mientras lee... Le suena la voz de Morgan Freeman en la cabeza. 

 

Estupidez que funciona, palabra de Morgan Freeman.

 

Y dice... Para el año 1993 éste producto de Ford era el más oneroso, exquisito y atractivo. El más apetecible que tenía en su línea. Todavía no había explotado la bomba de las 4x4 japonesas y la F100 de Ford era literalmente la dueña del segmento. Su eterna rival, Chevrolet, desaparecida en los 80s volvía de la mano de SEVEL pero su ausencia le costó caro y tomaba para sí un porción indigna de la torta.

 

Su aspecto exterior responde al reestyling de 1988 aunque para 1993 los cambios y mejoras eran a nivel mecánico: Caja de 5 velocidades, sistema de frenos mejorados, una actualización tecnológica respecto al encendido y llantas de serie más atractivas de pisada ancha.

 

Históricamente Ford entregaba las camionetas con ruedas de pisada angosta. Luego de ver por años que las camionetas que salían del concesionario cambiaban las mismas por otras más anchas en el primer recambio (algunos ni esperaban a gastarlas) tomó nota de que le faltaba a su producto.

 

 

Así llegaron las llantas más lindas que podía tener una F-100 con agujeros en forma de huevo sobre la parte curva de la llanta. Diseño inspirado, innovador, sin parentezco con ninguna de las llantas alternativas que se adquirían para "personalizar" la F-100 en ése momento.

La XLT era el tope de gama de la F-100 y se ofrecía en colores metalizados: Rojo y Azul combinados con líneas decorativas claras y gris con líneas (celeste-turquesa) en contraste.

 

La F-100 XLT a secas, la de cabina simple, ya era un producto atractivo, pero la Supercab era el plus non ultra, lo máximo a lo que podía aspirar quien pretendiera una F-100. 

 

Tenerla era ser el rey del camino... Y con esas ruedas, de todos los caminos.

 

 La voz de Morgan Freeman quiere atender al modelo ahora.

 

Si fuera todo a pedir de boca, o si se manejara como cualquier empresa de diecast, el modelo podría adquirirse en los tres tonos metalizados, o al menos dos, quedando a gusto del consumidor optar por uno, por el otro, o por el que pudo conseguir. 

 

Es un punto que vale la pena subrayar y ojalá las editoriales que ofrecen éstos productos lo tengan en cuenta, ofrecer cada modelo en dos tonos distintos es algo fundamental, el coleccionista adopta un rol activo en la colección, elige uno u otro y no es algo que le viene de arriba haciendo su colección exactamente igual al resto.

 

Así éste gris plata tan igual al resto luciría tanto mejor si estuviera la azul por ejemplo, por el mero hecho de distinguirse de otra.

 

Párrafo aparte, mil veces mencionamos los problemas de escalar colores metalizados ya que el grano del metal incorporado en la pintura también debe ser menor, delicadez que no suele acompañar a modelos de costo contenido.

 

 Así, a la hora de rendirle cuentas al macro de la cámara, no sólo nos encontramos con estridentes brillos, también encontramos sombras.

El contraste también se dificulta: La leyenda de Ford no es visible desde cualquier ángulo, para que salga en la foto de forma óptima se debe buscar posición.

El modelo está bien planteado respecto a sus volúmenes. Si existen diferencias en sus cotas están dentro de lo aceptable, el resultado es una silueta sin ruidos y concordante con el vehículo real.

Se nota cierta pendiente hacia la parte posterior, como si estuviera con algo de carga, la posición del paragolpes trasero por debajo de la carrocería aumenta el efecto.

Las tampografías laterales pueden tomarse como perfectas, las tres líneas mantienen la continuidad entre distintas piezas como son la cabina y la caja.

La caja plástica no ofrece diferencia de tono respecto a la cabina metálica (algo usual en modelos anteriores de la colección) al menos no de una manera tan evidente, quizá el color gris plata tenga sus ventajas después de todo.

La insignia tampografiada es legible, para exquisitos, la tipografía heredada de la época del Ford Sierra está presente.

Al lado, el espejo retrovisor se muestra suficiente en sus formas y prolijo en su encastre.

Ambos espejos son de dimensiones importantes y su tamaño facilita su colocación atendiendo la simetría.

Siguiendo con insertos, el protector de caño sobre la parte posterior de la cabina esta muy logrado con un espesor de barrotes acertado.

La matriz es buena y deja lujos expuestos como los picaportes en conjunción con la nervadura de la puerta.

Las superficies vidriadas muestran burletes pintados en negro muy acertados.

El vidrio trasero lateral (el de la parte expandida) llega un poco más abajo y es correcto según el diseño del vehículo real.

Ya para la parte trasera, sobre el borde superior se resaltan los puntos de anclaje o sujeción en negro. En particular no son nítidos pero su presencia es necesaria.

Las ruedas al detalle recrean la belleza de las originales, no se contentan con la parte exterior sino que además puede verse detalles por los orificios.

Detrás, el caño de escape que dobla hacia uno de los laterales en color plata.

El capot esta bien representado, quizá la línea del centro este marcada con demasiado entusiasmo.

Los limpiaparabrisas a pedir de boca, proporcionados y bien colocados.

Y el modelo esta muy bien hecho en líneas generales, está a menos de medio paso de ser un modelo premium, algo hay que bajarle para que mantenga la categoría...

Fuera ductos de ventilación abajo del parabrisas!

El frontal esta muy bien logrado, las ópticas no ofrecen vicios tanto las de giro como las principales. 

Las ópticas principales lucen unas rayas verticales óptimas para la escala 43.

Logo de Ford al centro y un barrote medio accidentado a la izquierda del mismo. Debe ser un defecto propio de ésta unidad convenientemente ocultado por la burbuja protectora con la que se comercializa el modelo.

Paragolpes! Se detallan los bulones de sujeción, superficie de goma, forma adecuada y color carrocería. Está todo.

Matrículas negras y números blancos consistentes para el año 1993.

El interior es modesto, aprovecha el volante para darle una forma más familiar.

Ahora el cetro de poder (Toy Story, guiño, guiño) tiene una perilla sobredimensionada. 

En otras palabras, como diría el Tío Morgan, la palanca de cambios tiene la perilla del tamaño de un termo.

Vamos a la caja de carga. En la paredes internas de la misma no se detalla nada, es todo extremadamente liso y es una simplificación que a esta altura no encuentro mucho justificativo: Es trabajar un poco más la matriz y luego la pieza se pinta según el plan original.

El piso en cambio si vale la pena valorar, no por las líneas que es el detalle mínimo y necesario, sino por los pasaruedas, uno es simple y el otro con un pequeño buche adosado al ras del piso. 

Motivo del particular detalle? Simple, por ahí pasa la carga de combustible y es consistente con la tapa del lado exterior.

Es una caja de sorpresas éste modelo. Ahora resulta que el chino viene y nos trapea con tremendo detalle. También quiere que se lo nombre como "Señor Don Chino".

Ya venimos, desde el principio de la nota, masticando la caja del lado exterior sin encontrarle sabor desagradable: Sirve.

La compuerta posterior resulta lo esperable, como en la pickup real se muestra lisa, con nervaduras simples, dejando todo el trabajo a la tampografía que no falló.

El paragolpes trasero no es de formas tan estilizadas como el delantero, obligado a su función, o mejor dicho a su polifuncionalidad, sus formas ya no son tan libres.

Debe ocupar un lugar por debajo de la compuerta pero no interferir en su apertura, a la vez debe ser estribo para acceder a la misma, por eso tiene goma en su parte superior...

Y no deja de ser paragolpes por la que tiene goma hacia atrás.

Detalle del lugar de la matrícula trasera, las plafones que la iluminan a sus lados y la goma del estribo debajo de la misma además de la parte suerior.
 

El modelo en líneas generales es sobresaliente, el único defecto encontrado está entre los parabrisas, la ausencia de los ductos de ventilación. 

Tan sólo unas ausentes líneas negras tampografiadas bajo el parabrisas fueron su único punto bajo. 

Defecto más que subsanable para el fabricante, que se anota tampografiarla cuando vuelva a ofrecerla en otra colección.

Ya para uno que no tiene la máquina para tampografiar es más difícil. 

Incluso mi vecina tampoco tiene y eso que le insisto en lo conveniente de tener una máquina de tampografiar! 

Me dice que las haga con una calca al agua! Quizá tenga razón! No se me había ocurrido.

Mientras sólo resta disfrutar de un buen modelo como ésta Ford F-100 XLT Supercab, uno de los mejores modelos que nos trajo Salvat.

Magníficent... Magníficent... Magníficent Ford F100 XLT Supercab!