Fiat 1600 Sport (1970) - Autos Inolvidables Argentinos

Cuando se va promediando la vida o se necesita un placebo para mitigar frustaciones, la reencarnación es un tema recurrente. Una segunda oportunidad de existencia que se supone más afortunada... O menos según de quién o para quién se trate.

Una linda noche de verano, fresca, etílica... Vaso en mano y mirando estrellas me encontré en ésta suerte de delirio místico y luego de hacerme una exposición con bastante suficiencia pensé que sería una buena manera de empezar la nota de éste Fiat 1600 Sport.

Así me hice un modesto lugar cerca de Platón escribiendo Fredo, un lugar modesto... Digamos a dos cuadras de Platón.
Y pensé como en tiempos pretéritos con un promedio de vida bajo se buscaba reencarnaciones en animales. Se miraba al tigre, poderoso, temido, ágil, se levantaba vestido a la mañana y no le hacía falta peinarse, bicho fachero y a la vez peligroso... Arriba en la pirámide alimenticia y además tenía un promedio de vida similar.

El promedio de vida no significa que uno no se largaba a llorar por que se moría siendo un joven de 30, uno era un anciano de 30 esperando morir.
Y que mejor que reencarnar en un tigre! Siendo un tigre todo es majestuoso, se bosteza de manera majestuosa, se camina de manera majestuosa, se mira de manera majestuosa, se mea y caga de manera majestuosa... 30 años de majestuosidad.

Pero dándole al almanaque, pasando hojas como si fuera una guía telefónica, nos encontramos en tiempos más recientes, mediados de siglo pasado... Nadie quería reencarnar en un bicho.

Es que el mundo cambió, la densidad demográfica cambió y la idea de tierras vírgenes y desconocidas también... Querés ser un tigre? Reencarnás y al zoológico rodeado de pendejos. Nada de libertad, nada de poder, nada de majestuosidad.

Es cuando se piensa en la reencarnación de una manera más simple: Volver a existir siendo de la misma especie, incluso del mismo sexo, pero de una manera mas afortunada.

Ese segundo capítulo afortunado simplemente trata de ser una persona bien parecida, atractiva, con recursos económicos para mostrarse con sus posesiones materiales y en caso de enamorarse le dicen que sí.

Dentro de las principales posesiones materiales requeridas estaba éste Fiat 1600 Sport. Una nueva y sexy existencia en 1970 reclamaría éste Fiat sin lugar a dudas.

El Fiat 1600 es un fenómeno local, argentino, algo a medio camino entre el Fiat 1500 y el Fiat 125, tomando el motor del primero y la carrocería del segundo.
Un híbrido completo, ya que esa mixtura de autos se hizo en toda la gama, 1600 berlina, 1600 multicarga y éste que vemos el 1600 Sport. Cada versión era mitad una cosa y mitad otra pero el resultado era digno.

En el caso del Fiat 1600 Sport se sacaba jugo al viejo motor hasta los 92 hp, 160km/h de máxima y un 0-100 en 14 seg. Lo que hoy entrega cualquier auto pero para ésos años era gran cosa. Eso sí, por fuera lucía extremadamente deseable.

Sin tantas formas de informarse como ahora, para el público local el 1600 era el 1600 y no se esperaba el 125 que un par de años después llegaría. Esa falta de información permitía éste tipo de prácticas a las automotrices.
Imagine cuantos 1600 hubieran vendido si sabían que en dos años sacaban el Fiat 125.

El modelo es sobresaliente y novedoso en varios aspectos que vamos a destacar en su momento.

El trabajo de pensar una matriz para insertos y lograr el resultado deseado dió sus frutos. Más de una vez vemos insertos de primera en matrices olvidables, éste no es el caso.
Bien divididas las tareas, la matriz de forma de manera efectiva a la coupé y los insertos van a la tarea fina.

El frontal tiene un inserto cromado fundamental de encastre perfecto. Considerando que en el auto real la parrilla era de un metal cuasi maleable el realismo ya lo tiene en la mano.
Brillo pobre e irregular transmite esa propensión a la deformación de aquéllas grillas de Fiat de aquéllos años.

Las luces delanteras son todo lo que un deportivo debe tener y no muestran vicios en su colocación.

El paragolpes delantero cumple con todos los detalles y las luces de giro nos hacen recordar que se debe pagar más si se quiere algo mejor.

Todo sea para mostrar el emblema de Fiat. La parrilla abajo muestra sus poros y recién se puede leer la misma.
Miníscula tampografía que no se ve a simple vista pero saber que existe transmite un cierto bienestar.

Pero lo que más me llamó la atención (Y es novedad) es la matrícula. Éste modelo deja de lado las ya tan reclamadas matrículas gordas como bizcochuelo de chocolate y nos trae ésta versión simple y efectiva. No, no es "novedoso" en término de fabricación, pero sí respecto a lo que venía ofreciendo ésta colección.

No hay chocotorta para nadie esta vez!

Ya que se vió media rueda en la foto anterior que se vea completa: Son específicas y bien logradas.

El detalle de la luz roja arriba es loable, el contraste naranja-rojo que varias veces mencionamos se encarga de que no luzca de manera debida.

Sin quejas, el color naranja de éste auto es ideal, un detalle menos marcado no se negocia con lo bien que le sienta.

Planificar de manera exacta trae riesgos, un parabrisas que se ajusta tanto somete a la carrocería a esfuerzos como en el parante rajado. Falla común que se repite en la mayoría de los modelos. Uno puede buscar alguno que haya soportado, en su defecto el menos notorio...

Tímida la pinturas en los picaportes de las puertas que reclaman un repaso en color plata..

Los limpiaparabrisas fueron una fuente de dudas para el chino: Cual va arriba y cual va abajo? Con tres en mano pude ver la variación optando por el modelo que los tenía más prolijos.

Luego contrastando con fotos del auto real... Noto que el limpaparabrisas del lado del conductor va arriba...

En el interior uno se puede sentir aliviado que no hayan puesto apoyacabezas en las butacas.

El volante espera un detallado digno ofreciendo una excelente base para detallar en color aluminio los rayos y simular el aro de madera, el tablero cumple muy bien con las formas.

El lateral es uno de los más agraciados y recuerda épocas en que las terminales automotrices ofrecían verdaderos deportivos y no abusaban del recurso de versiones GTI por ejemplo.

Las superficies vidriadas son una nota anterior de lo que ofrecería Ford años posteriores con su coupé Taunus.

Respecto a los paños de chapa se ofrecen limpios, sin nervaduras marcadas y curvas suaves, marcado estilo europeo, acentuado estilo italiano.

El modelo se limita a dar testimonio de cómo era sin ofrecer defecto alguno.

La insignia de las dos banderas en la parte trasera cumple con el escalamiento aunque resulta muy diminuta a fines de ofrecer un detallado preciso. La cámara se vió exigida al máximo para dar un imagen decente de la tampografía.

Del lado contrario se encuentra la carga de combustible ejecutada de manera simple.

La parte posterior remata de manera abrupta con una superficie plana como si le hubieran sacado una rodaja al diseño original.
En efecto el auto es orgánico y curvilíneo, resulta llamativo la superficie plana trasera.

El modelo reproduce ésta parte gracias a la matriz de la carrocería, que además brinda un borde para pintar de plata y dar existencia a las baguetas que enmarcaban el panel trasero.

Ópticas dobles a cada lado bien representadas por insertos en dos tonos difetentes, tampografías justas en tamaño (la de 1600 no dió los resultados esperados) y una matrícula adecuada como la delantera hace ver bien al modelo.

El paragolpes trasero se puede revisar sin miedo, tiene todos los detalles.

Cerradura: punto gris, en los próximos 20 años no espere otra cosa. Igual que la antena, nadie se va a sentir mal por eso.


Hasta la aparición de éste modelo, la existencia de miniaturas que lo representen estaba en manos de artesanos o modelistas en resina, piezas onerosas que reflejaban el costo de una producción a pedido, apenas seriada en ediciones más que limitadas.

Así como el Torino y el Falcon es otro modelo que se ve popularizado de la noche a la mañana, pero éste 1600 tiene algo que lo diferencia: El modelo es bueno.

Aún con un parante roto es bueno, ridículamente bueno. Suficiente para no considerar un reemplazo mejor.

Magníficent Fiat 1600 Sport!